Opening, los nuevos cobran valor en la feria

Opening es un reducido espacio de ARCO para la exposición, la conversación y el conocimiento detenido y profundo de las prácticas artísticas más actuales. Con una selección de 18 galerías internacionales jóvenes —menos de siete años de antigüedad—, la feria lleva allí lo último en arte contemporáneo.

Los comisarios de esta edición, Chris Sharp y Juan Canela, han seleccionado las galerías de este año, que son menos que el año pasado, cuando fueron 28. Lo sí que han mantenido es que en cada espacio expongan menos de tres artistas, salvo en dos de ellas. De este modo, aunque el abanico de propuestas se reduce, la diversidad del conjunto permite al público acercarse de manera natural a las líneas discursivas del arte actual.

Esta es una de las piedras angulares de la propuesta, lo que la hace más atractiva para el público, galeristas y artistas. «Con espacios para dos autores se profundiza más en la obra», dice Juan Canela. En Proyecciones Ultravioleta coinciden en esta apreciación. Stefan Benchoam remarca lo interesante que es, porque así se «contextualiza mejor el trabajo del creador».

Una de las novedades más importantes para los Opening de 2016 es su nueva situación dentro de la feria. Antes estaban más escondidos, «había algo que no terminaba de funcionar al estar tan apartados», recuerda Canela, pero en esta edición las galerías tienen uno de los pasillos centrales. «Ahora se identifican mejor, lo que facilita la visión de las galerías. Yo creo que está funcionando bien», sentencia el comisario.

Los galeristas concuerdan con Canela y están convencidos de que será una buena feria para ellos. Agustina Ferreyra, de la galería homónima, cree que «mucha gente no acababa llegando. Me parece que han hecho algo muy bueno». Joaquín García, de García Galería, prefiere esperar a que la feria termine: «Con estas cosas no sabes qué pasa hasta que las pones a prueba, pero sobre el papel es algo que está bien».

La propuesta ha estado teniendo éxito en pasadas ediciones. Este año solo una de las galerías que podía volver ha dicho que no —lo normal es no acudir al Opening más de dos años—, y ha ocurrido lo mismo entre las nuevas invitadas. Parte del éxito es que se les ofrece flexibilidad. Juan Canela explica que «no hay un discurso unificado, pero sí un diálogo interesante sobre los límites de la pintura, lo material y lo ritual. Todo se va entrecruzando».

Del mismo modo ocurre en algunas de las galerías. Cuando hay más de un artista en un espacio, existe un diálogo entre las obras de cada uno. En Agustina Ferreyra, las obras de Irma Álvarez-Laviada y Adriana Minoliti juegan con lo geométrico aunque con dos conceptos diferentes. En Nora Fisch, una tríada de artistas argentinos exponen de manera completamente distinta tres momentos de la Historia de Argentina.

Los Opening son una oportunidad para estas jóvenes galerías de dar a conocer su trabajo y el de sus apuestas. Las invitan los comisarios y de esta manera pueden cumplir con su función, que es la de «crecer con tus artistas y darlos a conocer», afirma Stefano di Paola, de la galería Anat Ebgi. También tienen la necesidad de renovar, pues «las galerías jóvenes de hoy son las asentadas del mañana», recalca Joaquín García.