LIBROS

Nuestras lenguas: un gran patrimonio cultural

José María Pozuelo, junto a un equipo de expertos, dibuja el mapa linguístico español más allá del deseo nacionalista excluyente

El catedrático y crítico literario, José María Pozuelo

CÉSAR ANTONIO MOLINA

Al finalizar de leer este libro, uno no puede más que sentirse inmensamente orgulloso de nuestro país. ¿Qué otro lugar del mundo puede aportar cuatro lenguas y cuatro literaturas tan poderosas como las nuestras? Aquí se encuentra la demostración de que, a pesar de las muchas dificultades que nos trajo nuestra convulsa historia a lo largo de los siglos, hoy podemos presumir ante el mundo de que este patrimonio es ingente y lo hemos salvaguardado e incrementado entre todos. Este libro nos viene a demostrar con hechos y acontecimientos que la democracia, durante estos cuarenta años, benefició, apoyó, respaldó y normalizó a las otras tres lenguas del Estado y a sus respectivas literaturas. Y lo hizo, en primer lugar, nombrándolas cooficiales junto a la lengua común que hablamos casi unos setecientos millones de personas en todo el mundo: el castellano o español.

Hoy podemos decir que la convivencia es magnífica a pesar de que algunos se empeñen en utilizar estos instrumentos de expresión del saber y del conocimiento como máquinas bélicas. Nada peor y tan ignominioso. Este libro debería servir como ejemplo de lo que deberían ser en España nuestros manuales de enseñanza primaria y universitaria. Habría no sólo que enseñar nuestra historia y cultura común, sino también -en toda la península e islas- la historia de cada uno de nuestros territorios, pero en el mismo volumen, no en volúmenes distintos como si perteneciéramos a países diferentes. La unidad, también a las lenguas y literaturas periféricas, nos favorece siempre. La fuerza del español sirve de vehículo para todas las demás.

Normalización

Agradecerle a Pozuelo Yvancos y a Mariángeles Rodríguez Alonso, encargados del estudio del pensamiento y la crítica literaria en español; así como a Pere Ballart y Jordi Julià, en catalán; a María José Olaziregi y Lourdes Otaegi, en euskera; y a María do Cebreiro Rábade Villar, en gallego; el haber aprovechado todo el espacio, siempre escaso, para mostrarnos las riquezas de cada creación lingüística , evitando -no omitiendo- el sinfín de quejas sociopolíticas. ¿Qué podría aportarnos la literatura catalana más allá de la frontera, en Francia? ¿Qué podría aportarnos la literatura en euskera más allá de la frontera, en Francia, igualmente? ¿Cuál es la consideración de ambas lenguas por parte de la República francesa? Tengamos esto siempre muy presente.

Siendo yo director del Instituto Cervantes, los actuales Reyes pusieron los nombres de Alvaro Cunqueiro, Salvador Espriu y Gabriel Aresti a las bibliotecas de los Institutos en Damasco, Palermo y Lyon. Esta buena voluntad y normalización no siempre ha sido correspondida por la otra parte. Todos, unos y otros, debemos de saber que vivimos en un país plurilingüe y que todos nuestros escritores y artistas, escriban en la lengua que les sea menester, nos pertenecen por igual y nos representan en el mundo.

Pozuelo Yvancos, como coordinador de este trabajo, se merece todo nuestro agradecimiento. Pozuelo es uno de los más grandes comparatistas, un catedrático que está a la altura de Steiner o Bloom, pero como es de casa...

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