Fernando García interviene el Museo del Romanticismo con «Fleurs et Escargots»
Fernando García interviene el Museo del Romanticismo con «Fleurs et Escargots»
ARTE

Las historias que los museos no cuentan

A falta de país invitado que inunde los museos de Madrid, ARCO lleva el arte actual a algunos no familiarizados con él

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Una tendencia que, de momento, parece superar el fenómeno de las modas pasajeras y se consolida: la del arte contemporáneo que ocupa, asalta, se instala cada vez más en contextos en principio ajenos a su naturaleza. Así, cada temporada más instituciones y museos, donde ni estaba ni se la esperaba, cuentan en sus respectivas programaciones con la creación del presente, que se extiende hoy por todas las disciplinas, saberes y contextos como uno de sus rasgos más destacados, haciendo preguntas incómodas o descolocando las cosas que parecían ya bien ubicadas. En principio resulta un ejercicio enriquecedor, sobre todo porque el contacto con nuevos públicos y la superposición de discursos ofrecen escenarios más complejos, donde al tradicional espectador pasivo se le exige una progresiva implicación crítica en los relatos que desde esos espacios se organizan.

Por otro lado, en la mayoría de los casos, el entramado conceptual que razona tales incursiones suele cuidarse muy especialmente, pertrechándose los responsables (el espacio anfitrión, los comisarios, los propios artistas) de sólidas justificaciones y líneas argumentales en torno a la ocupación, la relectura, la mixtura con los fondos, con las metodologías, los hechos constados, los casos, la historia del lugar… Y aunque todos hemos visto ejemplos penosos, el nivel medio suele hacer jugar a su favor este diálogo del arte reciente con nuevas sedes nada neutras como contenedores expositivos, difíciles incluso, al estar ya muy tramadas desde el punto de partida.

Calar en la ciudad

Javier Hontoriaha preparado nueve de estas incursiones en distintos escenarios madrileños como celebración de esos 35 años de ARCO y su progresivo calado del arte contemporáneo en la ciudad. En el recorrido que propone participan museos como el Nacional de Arqueología o el de Antropología, el Museo Cerralbo, el Romántico, el Naval o el de la Casa de la Moneda, junto al espacio Estudios de Tabacalera, la Casa Árabe y la Embajada de Colombia. Sendas individuales (en Casa de la Moneda, excepcionalmente, los artistas son dos) se proyectan como veladuras que en cada caso dejan entrever los contenidos habituales de las sedes anfitrionas, filtrándolos parcial y momentáneamente con los nuevos intereses y procederes de la creación actual.

Desde la perspectiva crítica o la documental, desde el cuestionamiento geopolítico en la construcción de los relatos oficiales, y desde la ironía o la evocación, el resultado es inevitablemente desigual. El conjunto, que renuncia a un hilván conductor, destila, sin embargo, una cierta sensibilidad común con su aire cosmopolita, la mayor parte de las veces incisivo, con puntería y concisión en las intervenciones, las cuales, en casi todos los casos, se comprometen con nuevas relecturas del pasado que cuestionen cuanto nos ofrecen estos contenedores de patrimonio y gestas heroicas, nacionales o privadas. Entre todos, se destacan aquellos que, de tan mimetizados, cuesta descubrir entre el tejido donde se injertan, como es el caso de Zachary Formwalt entre la numismática y la filatelia de la Casa de la Moneda, o de Rogelio López Cuenca, poblando de maniquíes vestidos de servicio las colecciones antropológicas. La inmaterialidad de la propuesta de Oriol Vilanova, con esa voz acompañando al visitante del Cerralbo, la revisión del costumbrismo y casticismo en clave hermética y sofisticada de Fernando García en el Romántico, o el alquímico manejo de los materiales y las sustancias de Adriano Amaral en Tabacalera, son los otros puntos fuertes de este largo recorrido.

Ver los comentarios