CINE

Frankenstein: icono entre terrorífico y tierno de la cultura pop

Obras de teatro, libros, películas, series de televisión, cómics... El monstruo no se ha cansado de hacer bolos

Fotograma de «La novia de Frankenstein» (1935)
Miguel Ángel Barroso

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La criatura de Mary Shelley se levantó y caminó a través de los tiempos dejando atrás a su creadora, llevando una vida propia y convirtiéndose en un icono de la cultura popular, especialmente en el cine, donde tiene un papel en casi un centenar de películas. Aunque el primer bolo conocido es teatral, en una obra llamada Presunción, o el destino de Frankenstein , del londinense Richard B. Peake, estrenada en 1823 y que resultó un gran éxito. Por grabados de la época se sabe que el monstruo llevaba unas mallas azules, capa y peluca. En 2010, Gustavo Tambascio hizo su versión dramática, bastante fiel al original, en los Teatros del Canal, en Madrid, donde Javier Botet dio vida a un ser doliente y desamparado.

«El jovencito Frankenstein»

Diversos autores de novela fantástica y de terror lo han utilizado para sus fines, como Dean Koontz, creador de una saga de cinco entregas escrita solo o en compañía de otros ( Frankenstein: El hijo pródigo es el título que abre la serie), o Peter Ackroyd ( El diario de Víctor Frankenstein ). El clásico también fue reimaginado en cómics (en colecciones de Marvel y DC, las dos editoriales emblemáticas del género superheroico) y en novelas gráficas.

Pero es el cine, como decíamos, el medio donde el monstruo ha dado lo mejor de sí mismo. Aparece por vez primera en un cortometraje mudo de 1910 llamado simplemente Frankenstein , producido por Thomas Alva Edison y dirigido por J. Searle Dawley. El personaje, interpretado por Charles Ogle, peludo y cargado de espaldas, recuerda al Quasimodo de Victor Hugo.

Aunque la imagen icónica por excelencia es la que le dio Boris Karloff en la película de 1931 El doctor Frankenstein , dirigida por James Whale, y su secuela, La novia de Frankenstein (1935). Una figura imponente, de rostro cadavérico, frente ancha, tornillos en el cuello, traje oscuro (un par de tallas pequeño), andares torpes y lenguaje balbuceante, maquillado por Jack Pierce, que aderezó a otros monstruos de la Universal, como la Momia y el Hombre Lobo.

«Frankenweenie»

De la Hammer, compañía británica de películas de terror gótico, es La maldición de Frankenstein (1957), con Christopher Lee como la criatura y Peter Cushing como su «padre». Tuvo cinco secuelas. Frankenstein de Mary Shelley (1994), dirigida por Kenneth Branagh, prueba la versatilidad de Robert de Niro, y El jovencito Frankenstein (1974), de Mel Brooks, la resistencia del mito a cualquier reto, incluido la comedia descacharrante. La ternura y la parodia son los argumentos de Frankenweenie (2012), de Tim Burton, filme de animación con técnica stop-motion. El monstruito es un perro al que resucita su atribulado dueño, un niño con exceso de imaginación.

En televisión destacamos Penny Dreadful (2014-16), creada por John Logan, con nómina completa de freaks. Juan Antonio Bayona dirigió los dos primeros episodios de una serie de ambientación victoriana donde el monstruo de Frankenstein recita versos de John Clare, poeta maldito del romanticismo inglés, y reconoce, atormentado, que «preferiría ser el cadáver que fui antes que el hombre que soy».

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