ARTE

Francesca Leone, óxido y esperanza

La artista italiana transforma el patio del Palacio de Gaviria en una «domus» romana llena de colorido y materiales recuperados

Detalle de una de las obras de la serie «Monaci»

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La italiana Francesca Leone (Roma, 1964) es la nueva artista que Arthemisia –compañía responsable de las exposiciones del Palacio de Gaviria – ha traído al aristocrático edificio de la madrileña calle del Arenal. Para la ocasión, Leone ha creado una instalación en gran medida «site specific» , que aprovecha las características del patio del palacio para sugerir la distribución de una «domus» romana , lo que da título a esta muestra .

Con el espacio central del patio haciendo las veces de atrio , la italiana aprovecha el resto de ámbitos que se abren a éste para sugerir distintas habitaciones, desde las más «públicas» de la «domus» hasta los espacios más privados e íntimos. Sus obras ocupan estos diversos entornos, que sirven para contextualizarlas y canalizar su fuerza emotiva .

Una rejilla metálica en medio del patio –intencionadamente– llena de colillas, restos de envases, papeles y plásticos es la primera obra que recibe a los visitantes. Por un lado, sirve como crítica de la acumulación de detritus del mundo moderno ; pero, por otra parte, los colores de la basura sobre el soporte intentan evocar los de un jardín florido. Esa mezcla de crítica y esperanza es -explica Leone- una constante en todas las piezas de esta exposición, que emplean el color y la composición para crear poesía y ligereza y compensar el brutalismo de los materiales.

Penetrar el interior

Este concepto continúa en la primera de las habitaciones que se abren al patio, en la cual una chapa metálica recuperada (como todos los materiales que emplea Leone en su obra) y pintada sugiere una ventana que se abre al exterior, con hendiduras que permiten al espectador mirar más allá. Otra muy similar se emplea en una segunda estancia con un doble propósito: duplicar el friso del propio palacio y dar la sensación de una apertura por la que poder ver el cielo. En esta misma sala, Leone ha instalado varios de sus «Monaci», piezas de hormigón y materiales de construcción que ya presentó en una exposición en el Real Albergo dei Poveri de Palermo . Lo que en el austero espacio italiano evocaba a monjes con sus hábitos, aquí asemeja también una mirada al interior de las paredes de la casa. El último grupo de obras son las«Voliere» («pajareras» o «aviarios»), en las que rejillas metálicas abren huecos en una superficie de hormigón, a través de las cuales se pueden vislumbrar ojos, bocas, orejas ... Estas piezas se reparten por dos salas, lo que permite que en la más interior, las estructuras sean más grandes, permitiendo penetrar más en la intimidad tras los muros.

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