«Entre el ruido y la furia», el patriotismo pendiente

«Los componentes del bipartidismo se han ido anquilosando, petrificando y consecuentemente, han ido perdiendo toda intimidad con la nación». ¿Escrito ayer? Estas palabras fueron pronunciadas por Ortega y Gasset (1914), a propósito de la crisis irresuelta de los partidos liberal y conservador. El viejo adagio señala que las comparaciones son odiosas, pero salvo nacionalistas y supremacistas, tan felices en sus torres de papel, nadie se puede permitir el lujo de renunciar a ellas. Por eso, Tom Burns Marañón apunta en este libro, oportuno y valiente, hacia una herida que duele: «El propósito de este ensayo es ordenar, entender y enjuiciar hechos y actitudes que convirtieron el quehacer de la política española, que fue tan admirada al inicio de su proceso democratizador, en el objeto de mucha burla cuarenta años después». La crisis de los que llama con toda propiedad partidos dinásticos, popular y socialista , arco de bóveda que sostuvo el equilibrio político de las últimas cuatro décadas, vendría de muy lejos.

La buena noticia es que los convincentes argumentos del autor se expresan sin paños calientes ni eufemismos y que el diagnóstico implacable alumbra luz al final del túnel. La menos buena, que estamos ante una crisis que no se arregla con banalidades. Como pensar que si la macroeconomía cuadra todo funciona, aprender economía en un par de tardes, o confundir el análisis del discurso, en versión Mayo del 68, con la política como arte del gobierno. Los capítulos abordan la crisis y legado del socialismo español socialdemócrata, la imagen de España y el buenismo fatal (y carísimo), la furia antisistema por efecto de la crisis económica...

El signo de nuestro tiempo presente radicaría en la caducidad de ambos partidos «de sistema», socialista y popular, desbordados por las malas prácticas y el incentivo populista, a los que se ha sumado el golpismo del independentismo catalán . En un volumen con tanta riqueza y pertinencia, destacan otros aspectos, que muestran por contraste una narrativa virtuosa -y otra España posible-. El bloqueo de la meritocracia y el relevo generacional; el nefasto revisionismo de la memoria histórica y el «guerracivilismo» ... son puertas cerradas al futuro. Para acertar, habrá que ir en dirección opuesta. Pues el mañana, bien lo sabemos en esta experimentada nación, es tan imprevisible como prometedor.