Una de las obras de la serie «El espacio alrededor» (2015), de Elena Alonso
Una de las obras de la serie «El espacio alrededor» (2015), de Elena Alonso
ARTE

Elena Alonso, esquemas de una actitud

La lectura que realiza la artista madrileña de lo arquitectónico y lo geométrico nos recibe en el Museo ABC

Madrid Actualizado: Guardar
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Año nuevo. Exposición nueva. En este caso, la décima del programa «Conexiones», que alcanza ya un lustro de existencia. Un proyecto que ha servido para presentar la obra de artistas para quienes el dibujo –desde muy distintas perspectivas– representa una de sus señas de identidad. Le toca el turno a Elena Alonso (Madrid, 1981), una de las jóvenes creadoras con un sello más personal y coherente dentro de este energético lenguaje, y de quien ya habíamos podido ver antes algunas propuestas interesantes, entre otras, en «Generación 2013» (La Casa Encendida) o también en sus muestras individuales en Espacio Valverde.

«El espacio alrededor» es un proyecto realizado específicamente para esta ocasión en el que se observan sus principales características creativas: una atención-devoción por la siempre atrayente, esquiva y difícil geometría; una mirada muy particular, que traduce en propio el mundo que la rodea por medio del rigor y la espiritualidad del lenguaje abstracto; y una extraña y singular limpieza de formas que rima con pureza de ideas.

En buena compañía

Como en proyectos anteriores, ha seleccionado un par de obras con las que interactuar y dialogar. En esta ocasión, se trata del grabado «Parere sull’architettura», de Piranesi (Colección Banco Santander), y un dibujo de José Luis López Sánchez titulado «La encerrada» (Colección ABC). La obra de Piranesi, perteneciente a una serie de grabados con los que ilustró un importante texto suyo homónimo de 1765, es un excelente ejemplo de la peculiar interpretación de la arquitectura de la antigüedad –inquietante, ecléctica y fantástica combinación de elementos reales e imaginarios– por parte de este excepcional grabador, arqueólogo y arquitecto del siglo XVIII, que encaja con su interés por la geometría y el mundo de lo arquitectónico. Por su parte, la pieza de López Sánchez fue publicada en 1933 en ABC como ilustración de un poema de Alberti. En este caso, el juego entre espacios vacíos y otros geométricamente iconográficos es lo que ha debido decantar su elección.

Alonso dialoga en esta exposición con un grabado de Piranesi y un dibujo de José Luis López Sánchez publicado en 1933 en ABC

La propuesta final se nos aparece como una peculiar combinación de recursos expresivos muy diversos y aparentemente heterogéneos: dibujos (algunos, de muy gran formato), obras sobre papel, objetos e incluso una instalación, compuesta por elementos arquitectónicos que se disponen sobre el espacio expositivo, creando un ritmo de formas y vacíos que forman un conjunto dotado de una inesperada coherencia y un aliento envolvente. En esta visión de homogeneidad juegan, pues, un papel destacado las constantes referencias a la arquitectura, y también al diseño (con evidentes guiños al estilo Menfis o al Constructivismo). Al fin y al cabo, ella misma lo confirma: «Además de pensar acerca de los modos de construir un espacio, he optado por ciertas formas de representación que se utilizan en arquitectura. Me resulta interesante mezclar esa parte analítica o descriptiva del dibujo con otras más abstractas o plásticas, dejando un espacio de indeterminación. Veo mis dibujos no como la representación de un paisaje o una escena, sino como esquemas de una actitud». Una actitud a la que creo que merece la pena seguir la pista…

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