Cervantes, Valle, Kafka y más

El año que dejamos atrás no ha reportado grandes sacudidas en el mundo biográfico, pero las aportaciones se han sucedido. Sin duda, Valle-Inclán ha sido el escritor más concurrido, pues dos biografías, «La espada y la palabra.Vida de Valle-Inclán», de Manuel Alberca (Tusquets), y «Ramón del Valle-Inclán. Genial, antiguo y moderno», escrita por Joaquín del Valle-Inclán (Espasa), han coincido en el espacio de pocos meses. De su lectura se desprende un escritor mucho más coherente, al tiempo que ambos autores le despojan de múltiples leyendas.

A las puertas del cuarto centenario de su muerte, la biografía de Cervantes que firma el filólogo Jorge García López, «La figura en el tapiz» (Pasado&Presente), es la mejor forma de iniciarse en la comprensión de la figura más importante de la cultura española.

Y un descubrimiento: «Assia Wevill», la mujer por la que Ted Hughes dejó a Sylvia Plath, poderosa biografía escrita por dos periodistas, Yehuda Koren y Eilat Negev (Circe).

Erotismo y ternura

En 2015, y en lo que a correspondencias se refiere, se ha prolongado la recuperación biográfica del escritor italiano Gabriele d’Annunzio y ahora se dan a conocer las más de mil cartas de amor cruzadas con una de sus amantes, Barbara Leoni: «No dejaría nunca de escribirte» (Fórcola). Misivas voluptuosas cargadas de sufrimiento vital, erotismo y ternura.

El mismo deseo inmoderado se aprecia en la nueva edición de las «Cartas a Milena», de Kafka (Alianza), que incluye por primera vez en castellano las epístolas y pasajes censurados por su primer editor, Willy Haas.

En cuanto a proyectos autobiográficos, la publicación del volumen tercero de la autobiografía de Karl Ove Knausgård, «Mi lucha» (Anagrama), ha supuesto la confirmación del talento excepcional del escritor noruego, capaz de sacudir emocionalmente las conciencias de medio mundo con una historia personal prodigiosamente interiorizada.

La sorpresa la ha dado Emmanuel Carrère con una obra titulada «El Reino» (Anagrama), que viene a ser un fresco grandioso de los orígenes del cristianismo a partir de su propia experiencia como creyente. Nadie había iluminado tanto las cartas de San Pablo a los corintios, a los gálatas, a los romanos; nadie había leído tan intensamente los textos del siglo I con unos ojos y un alma del siglo I.

Excesiva dependencia

Un tanto farragosa me resultó la retrospectiva dedicada a Sophie Calle («Modus vivendi»; La Virreina, Barcelona). Sus historias son radicalmente personales, pero como proyecto artístico me pareció excesiva la dependencia del texto.

En diarios, nos quedamos con algunas joyas: la nueva entrega del valioso diario de Salvador Pániker («Diario del anciano averiado», Literatura Random House) prosigue la crónica de su lento envejecer; Elvira Lindo publica una conmovedora crónica de su último invierno en Nueva York («Noches sin dormir», Seix Barral); la nueva entrega diarística de Juan Malpartida, «Estación de cercanías» (Fórcola), nos permite conocer la interioridad de un poeta; y, por último, acabamos de recibir la selección que Libros de Vanguardia publica del conde Harry Kessler, «Diario (1893-1937)». Ha sido un acontecimiento cultural en toda Europa: la oportunidad de poder acceder al prodigioso diario de Kessler, el aristócrata más lúcido de su tiempo, es la mejor noticia para cerrar el año.