ARTE

Bunga, Saraiba, Gamarra. Tres nombres imprescindibles de las galerías de Madrid

Las reflexiones espaciales de Carlos Bunga en Elba Benítez; Aitor Saraiba, que celebra el décimo aniversario de La Fresh; y Sandra Gamarra, con su nuevo «museo de la conquista» en Juana de Aizpuru. Tres muestras para no perderse en Madrid

Javier Díaz-Guardiola

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«Habitar el color», la pieza de suelo de Carlos Bunga en Elba Benítez

Sentir el espacio con Carlos Bunga

Si algo caracteriza a Carlos Bunga (Oporto, 1976) es su análisis de lo arquitectónico, introduciendo en los escenarios que le ocupan estructuras efímeras cuyos materiales (el cartón, la cinta de embalar, la pintura industrial), no serían nunca entendidos como nobles por la disciplina. Tomar el espacio para entenderlo.

En su nueva comparecencia en la galería Elba Benítez lo hace atendiendo a la «intuición filosófica» de Henri Bergson , aquélla que nos permite situar el color naranja entre el rojo y el amarillo de manera natural. Aplicada a la vida diaria, nos ayuda a descubrir continuidades entre realidades «fragmentadas».

Como que esa pintura derramada en la sala central (la pieza de suelo «Habitar el color»), y que se invita a transitar, comparte origen del resto de telas que cuelgan en la galería (serie «Pinturas exentas»), y de las que es fácil deducir el origen de sus fracturas y arrugas. O que la pieza de audio de la sala reproduce los procesos de su autor. También, que el color unifica los trabajos. Todo está conectado. Carlos Bunga. «Intuición». Galería Elba Benítez (C/ San Lorenzo, 11. Madrid). Hasta abril.

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Uno de los dibujos de Aitor Saraiba

Decíamos ayer. Diez años de La Fresh Gallery

Diez años pueden no parecernos mucho. Pero en ese tiempo, a Aitor Saraiba (Talavera, 1983) le dio tiempo a enamorarse una vez, a escribir un par de libros y a casi morir en dos ocasiones...

¿Que por qué les cuento todo esto? Porque diez son los años que cumple la Fresh Gallery , que lo celebra con una compilación de trabajos de uno de sus artistas fetiche, el que «ha madurado» con la galería. Una selección cronológica de dibujos, esculturas y algún lienzo de este «hijo de legionario» (así tituló uno de sus libros) que constatan que cualquier tiempo pasado no fue mejor (estilísticamente hablando), aunque los trazos, los sentimientos o los iconos a los que recurre en lo que denomina «dibujos curativos» destilen cierta «melancolía positivista» que da pie a uno de los imaginarios más personales entre nuestros jóvenes artistas.

Y los precios son irresistibles, sobre todo los de las cerámicas que tanto ha cultivado y actualizado. Aitor Saraiba. «Diez años para nada». La Fresh Gallery. (C/ Code de Aranda, 5. Madrid). Hasta el 22 de marzo.

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Detalle de «La sala del ostracismo», en Juana de Aizpuru

Sandra Gamarra y el museo (de las consecuencias) de la Conquista

El trabajo generalmente pictórico de Sandra Gamarra (Lima, 1972) se ha ocupado de ilustrar contradicciones del mundo del arte. Ese interés toma ahora tintes antropológicos en «Rojo e indio», dos términos peyorativos empleados para definir a determinados individuos, bien por su ideología, bien por su origen.

Gamarra convierte la galería Juana de Aizpuru en dos salas de un museo, instancias éstas donde el acercamiento a la Historia es aparentemente neutro, pero donde los mecanismos de análisis utilizados y las conclusiones que éstas arrojan suelen ser eurocentristas, clasistas y paternalistas.

«La sala de los objetos encontrados» vincula los géneros pictóricos (retrato, bodegón y paisaje) con modos de objetualizar al «otro» (y así, en el pasado, los hijos de blancos y mestizas eran denominados «productos»). En las vitrinas de «La sala del ostracismo», pinturas de cerámicas precolombinas esconden en su reverso términos empleados para humillar a sus actuales descendientes, como si esas culturas, pese a los ejemplos exhibidos, no hubieran dado más que sujetos primitivos a los que se ha de «civilizar». Como se hace en un museo. Sandra Gamarra «Rojo e indio». Galería Juana de Aizpuru (C/ Barquillo, 44. Madrid). Hasta finales de marzo.

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