«The Collector's House», de Hans Op de Beeck, colaboración con Galerie Krinzinger, Continua y Marianne Boesky
«The Collector's House», de Hans Op de Beeck, colaboración con Galerie Krinzinger, Continua y Marianne Boesky - Art Basel
ARTE

Basilea se salta los límites

«Unlimited», la sección de Art Basel dedicada a piezas que no caben en el muy medido espacio de los estands, sigue ofreciendo un espacio de libertad para visitar y disfrutar más allá de la vorágine del mercado

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Se celebra durante estos días la feria de arte Art Basel. Podría ser una feria más, pero es la mejor del mundo. Junto a un conjunto de casi 300 galerías que presentan unas 4000 obras de arte, la feria incluye además secciones de artistas emergentes y artistas históricos, «Statements» y «Features», y propone, desde el año 2000, la sección Unlimited (antes conocida como Art Unlimited), dedicada al arte que necesita más que una pared y en la que este año se presentan 88 piezas.

Y es precisamente esta última sección, Unlimited, la que es para mi el parangón de la feria que se revuelve sobre sí misma.

Art Basel nace en el año 1970 en la ciudad suiza de Basilea, ciudad capital del mundo farmacéutico y uno de los focos de coleccionismo global, recuérdese las recientes exposiciones en Prado y Reina Sofía

con los fondos del museo de esta ciudad. Fue impulsada de forma privada por un grupo de galeristas entre los que se encontraba Ernst Beyeler, cuya colección puede verse hoy a las afueras de Basilea en uno de los más paradigmáticos museos de arte como es la Fundación Beyeler. Allí uno puede contemplar, entre otras obras, magníficos rothkos con luz natural gracias al fantástico diseño del arquitecto Renzo Piano. De fondo una serie de campos y vacas pastando. Desde el año 1970, Art Basel se ha consolidado como la feria de arte contemporáneo más importante del mundo. Con sedes triunfantes abiertas en la última década en Miami y Hong Kong, la empresa se reparte el peso gravitatorio del mercado. Pero la sede principal de Art Basel sigue siendo Basilea y durante los próximos cuatro días se convierte en la capital del arte moderno y contemporáneo, ofreciendo un índice de desarrollo de las artes visuales contemporáneas y una oportunidad única para coleccionistas de poder ver en unos días lo mejor de una cuidada y elitista selección de galerías.

Sin estrecheces

Una de las galerías participantes, Dominique Lévy, confirmaba a «The New York Times» hace unos días que su presupuesto global para la feria de este año superaba los 300,000 euros. Pero es que para una galería participar en Art Basel no solamente es una oportunidad de venta, también es el sitio para decir dónde se está como galería y para hacer conexiones personas influyentes del mundo del arte.

El negocio de la feria funcionaba a la perfección, pero en el año 2000 Art Basel decidió dar un impulso a la feria con la creación de una sección en un pabellón adjunto a la zona de mercado. Había necesidad de establecer un espacio para las obras de arte y medios que requerían de mayor holgura que un estand rectangular de la sección de galerías donde los metros están contados. La necesidad de generar un espacio para piezas monumentales, para «performances», para piezas de vídeo inmersivo, requerían dotar de una infraestructura amplia. Desde entonces lo que sucede es un diálogo en la feria: uno navega entre la sección de estands a la sección libre de «Unlimited» donde puedes recorrer un espacio y contemplar: sí contemplar en una feria. Así, lo que fue una respuesta a nuevos modos de expresión ha supuesto también una respuesta a necesidades de los visitantes de la feria que quieren ver y experimentar obras fuera del estand. Con «Unlimited», Basilea supo reinventarse y proponer junto a la feria un distanciamiento y lugar de descompresión, como por si por un momento nos adentrásemos en un museo.

«Unlimited» refleja la descentralización del arte contemporáneo incidiendo en artistas de Asia, Latinoamérica o África

Giani Jetzer es el comisario de la sección. Jetzer es «Curator at Large» del Hirshorn de Washington, DC, y «curator» independiente con una importante trayectoria. En su quinto año organizando esta feria me comenta que «Unlimited» explora la contemporaneidad y establece un pulso con ella, proponiendo al visitante obras que les supongan un reto y les trasladen la visión del mundo a través de los ojos de los artistas. Son cientos las propuestas que llegan para participar en «Unlimited». Se analizan con el jurado de la feria durante el otoño y se establece una exposición. Cuando uno pregunta por las comparaciones con un museo, Jetzer habla de cómo hoy da igual donde vemos las obras, lo que el espectador contemporáneo reclama es ver buenas piezas allí donde va. «Unlimited» es un espacio de ultra contemporaneidad artística que concentra en unos pocos días una gran exhibición comisariada y que nos saca aparentemente del frenesí de la feria como espacio de venta.

Con una selección amplia de 88 piezas de artistas, la muestra incluye tótems del arte contemporáneo como Ai Wei Wei, Anish Kapoor, Jannis Kounellis, Sol LeWitt, Martha Rosler, Frank Stella, Antoni Tapies (único español) o el recientemente fallecido artista brasileño Tunga. «Unlimited» refleja la descentralización de occidente de la escena contemporánea, incidiendo en artistas de Asia, Latinoamérica, Oriente Próximo y África. Así, se pueden ver importantes instalaciones de artistas como el ganés El Anatsui, galardonado por la Bienal de Venecia con el León de Oro por su carrera, los artistas africanos William Kentridge o Julie Mehretu o la artista japonesa Chiharu Shiota o el koreano Haegue Yang que propone una de las intervenciones más espectaculares de la feria en homenaje a Sol LeWitt. «Unlimited» también se propone como testigo de la contemporaneidad visual en sus diferentes disciplinas, y ahí Jetzer ha destacado el vídeo y el multimedia –con piezas importantes de Stan Douglas, Gretchen Bender o Cheng Ran– y la «performance», con obras como «Ascensor», de la artista Laura Lima, en la que nos encontramos una mano en movimiento debajo de una pared y palpando el suelo, como un signo metafórico a los visitantes buscando desde el tacto, o la pieza de otro artista, Davide Balula, quien en su «performance» «Mimed sculptures» propone una exposición comisariada de un conjunto de conocidas esculturas pero que son recreadas por el gesto de unos mimos, solamente podemos intuir la obra.

Moviendo al coleccionista

Como grandes instalaciones destacan la pieza de Chelpa Ferro realizada con bolsas de plástico y que a través de un ordenador establecen una música y movimiento contundente y la pieza de Hans Op de Beeck «The Collector’s House» en la que el artista nos adentra en una casa de un coleccionista a modo de «Wunderkammer» o gabinete de maravillas, o como dice el catálogo, una obra de arte total, como si el tiempo se hubiera congelado y nos adentráramos en los tesoros recopilados por otro coleccionista, preguntando al final al visitante por el tiempo y el coleccionismo.

«Unlimited» –sin límites–, sigue buscando la contemporaneidad, removiendo a la feria, moviendo al coleccionista a otro lugar, y, como un reloj suizo, dando «la hora» del arte contemporáneo.

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