ARTE

Bailes de parejas de «Circuitos 2017»

El programa de arte joven «Circuitos», de la Comunidad de Madrid, sigue convocando a lo mejor de la escena emergente en la región. Su comisario este año es el crítico de ABC Cultural Carlos Delgado Mayordomo

Obra de Julia Varela para «Circuitos»

ÓSCAR ALONSO MOLINA

Veintiocho ediciones para cualquier convocatoria pública en España es ya una fecha que todos debemos celebrar. Los «Circuitos de Artes Plásticas de la Comunidad de Madrid » es una de las veteranas que afortunadamente sobrevive y, más allá del nivel o interés alcanzado en cada edición, merece la pena visitar .

Habiendo pasado por momentos de intolerable injerencia política , censuras, discusión de su modelo y otras crisis, lo cierto es que todavía parece una fórmula aceptable (una de las más codiciadas por sus potenciales ganadores) para dar a conocer, promocionar y profesionalizar a los artistas menores de 35 años. De hecho, el repaso a su Historia nos ofrece una instantánea bastante clara de cómo han evolucionado los modos de hacer y las preocupaciones en las sucesivas promociones de nuestra escena, así como el punto de partida de muchos de los nombres más consolidados de arte español hoy.

Guías de lectura en el grupo

Carlos García Mayordomo se ha hecho cargo de la selección que llevó a cabo el jurado, intentando poner guías de lectura que organicen lo que por necesidad es un grupo heterogéneo: los diez proyectos que se consideraron mejores. Para ello nos propone su confrontación por parejas, bajo cinco epígrafes que en el catálogo resultan plausibles y fáciles de seguir, pero que en el recorrido de la exposición se desdibujan por completo ante las condiciones de la sala.

En este tipo de confrontación, diálogo o baile agarrado, inevitablemente hay uno que siempre sale perdiendo o cuyos argumentos resultan menos convincentes frente a la brillantez, la profundidad, la lógica formal o el dominio de la escena del otro. Obviamente lo que se pretende no es el enfrentamiento , incluso uno sospecha, ante el diferencial interno tan acusado de cuatro de esos cinco tándems, que el mayor afán del comisario ha sido alcanzar un ritmo entre los proyectos.

El comisario propone la confrontación de artistas por parejas bajo cinco epígrafes que en el catálogo resultan plausibles y fáciles de seguir, pero que en la exposición se desdibujan por completo

José Jurado (Córdoba) y Víctor Santamarina (Madrid, 1990), con sus respectivos trabajos a partir de la estructura formal e ideológica de las imágenes, componen la pareja ideal, que se delata incluso desde su posición privilegiada en el montaje. Del resto de pares, destacar a Julia Varela (Madrid, 1986), cuya pieza de cinturones y espejos es lo más potente a nivel de presencia plástica en todo el recorrido, a pesar de que una mayor escala y otra ubicación habrían beneficiado mucho a una obra que no desarrolla aquí por completo su enorme potencial. Javier Martínez Velasco (Madrid, 1990), con su rotunda y desconcertante paráfrasis de «Los olvidados» de Buñuel, es otra de las paradas necesarias. Igual que Coco Moya (Gijón, 1982), con su tanteo en clave de invisibilidad y levedad de la huella que la mujer ha dejado a lo largo de la Historia. Por último, el emocionante itinerario de Miguel Sbastida (1989), magníficamente instalado en la planta superior, transportando un bloque de glaciar como silenciosa y sentida metáfora ecológica o vital.

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