ARTE

Afal, una mirada de libertad

Si el grupo El Paso despertó a España a la contemporaneidad desde la plástica, el grupo Afal -y años antes- lo hizo desde la fotografía. Su Historia queda «retratada» ahora en el Museo Reina Sofía

«Exhibición / Display» (1957), obra de Alberto Schommer

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En la España de los cincuenta, dedicarse a la fotografía -no como una afición para diletantes- era, cuando menos, un ejercicio de suprema fe y convicción . Una tarea destinada a escribirse con muchas «des»: desvarío, desafío, desatino, descontento, despropósito, desaprobación, pero también deseo… En esa España provinciana, encerrada en sí misma, y con olor a blanco y negro, la foto estaba prácticamente limitada a ciertas sociedades fotográficas y a determinados certámenes de salón y juegos florales. Y si, además, ese afán de novedad y ruptura surgía en una pequeña capital de provincias como Almería, la hazaña adquiría tintes casi épicos.

El grupo fotográfico Afal apareció en esta ciudad a mediados de la década de los años cincuenta, adelantándose a otros intentos de renovación fotográfica que iban a darse poco después en Barcelona y Madrid, y lo hizo vinculada a una revista del mismo nombre, «AFAL», especializada en fotografía y cine , fundada por José María Artero y Carlos Pérez Siquier, que se publicaría de 1956 a 1963.

A través de unos planteamientos de libertad expresiva, rechazando los reportajes propagandísticos y las aproximaciones académicas y tardopictorialistas tan en boga en aquellos años -el «Salonismo», como lo definió Oriol Maspons, uno de sus componentes -, y apostando por una mirada creativa libre y antidogmática, fiel reflejo de la vida, se convertiría en un auténtico revulsivo para la renovación de la fotografía española después de la posguerra.

Formó parte del grupo una amplia nómina. esta gran diversidad sería seña de identidad

Formó parte de este grupo una amplia nómina de fotógrafos de diversas procedencias y estilos, y esta gran diversidad sería precisamente una de sus señas de identidad, al no pretender establecer entre sus miembros una unidad estilística, ni unos principios programáticos. Les unía una profunda voluntad de renovación de la función que el fotógrafo debía ocupar dentro de la sociedad, y un no menor deseo de expresarse de una manera clara y sencilla, aunque fuese aportando distintos procedimientos y visiones. La búsqueda de la realidad, reflejándola de una forma sincera y sin adornos, les emparentaría con las intenciones del Neorrealismo , llevándoles a convertirse en verdaderos notarios visuales de la sociedad española en las décadas de los años 50 y 60, documentando algunos de los fenómenos que la significaron, como fue el paso de una cultura rural a otra más urbana , el retraso económico, el aislamiento político, la omnipresencia de la Iglesia y la aparición de un incipiente boom turístico, entre otros.

Mejor fuera que dentro

Paradójicamente -o no tanto-, recibieron una mejor acogida fuera de nuestro país, donde la crítica fue menos receptiva a estos nuevos planteamientos. Así, la edición en 1958 del I Anuario de la Fotografía Española , con una selección de 48 autores y más de cien imágenes que mostraban la vanguardia fotográfica de los años 50, les sirvió para despertar el interés de distintos sectores de la fotografía internacional, entre ellos Edward Steichen , que les invitó al MoMA, o el Club Photographique de Paris (Les 30 x 40). Siempre abiertos y atentos a las últimas tendencias, se puede establecer entre sus miembros un claro árbol genealógico de intereses : desde el humanismo de «The Family of Man», Cartier-Bresson , Eugene Smith, William Klein, la Agencia Magnum a las revistas ilustradas americanas de reportaje («Life») y moda («Vogue»). No deja de ser interesante dibujar asimismo un paralelismo entre Afal, dentro del ámbito de la fotografía, y El Paso , al que se adelantó en el tiempo, dentro de la plástica, por los aires de renovación que supieron aportar al anquilosado panorama del arte contemporáneo en España.

Oportunidad única

Una aproximación a «Afal: Donación Autric-Tamayo » es una espléndida oportunidad de conocer esta experiencia, todavía no suficientemente reconocida y analizada por la historiografía artística. Se logra a través de más de 200 fotografías realizadas entre los años 50 y 60 que forman parte de la colección fotográfica del Museo, ampliada en los últimos años gracias a las donaciones de Carlos Pérez Siquier y de otros fotógrafos y herederos de Afal, y sobre todo por la reciente donación excepcional de la familia Autric-Tamayo (enhorabuena a todos ellos), divididas en varias secciones y pertenecientes a 13 fotógrafos vinculados al grupo: Joan Colom, Gabriel Cualladó, Francisco Gómez , Gonzalo Juanes, Ramón Masats, Oriol Maspons, Xavier Miserachs, Francisco Ontañón, Pérez Siquier, Leopoldo Pomés, Alberto Schommer , Ricard Terré y Julio Ubiña , así como un buen número de distintos tipos de material documental y proyecciones de imágenes fotográficas , lo que nos acerca a una muy amplia visión de lo que supuso este grupo.

Una muestra que además se complementará con la edición de una publicación profusamente ilustrada, junto a textos críticos de diferentes colaboradores, y una antología de artículos de esa época, lo que sin duda la convertirá en un libro de referencia. Enhorabuena también a su comisaria, Laura Terré (hija de Ricard Terré, uno de los miembros de Afal), por la notable labor de investigación y selección llevada a cabo para poder acercarnos a esta verdadera mirada de libertad.

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