A Franco (en la imagen) y a la naturaleza del franquismo se dedican los ensayos compilados en «Cuarenta años con Franco» (Crítica)
A Franco (en la imagen) y a la naturaleza del franquismo se dedican los ensayos compilados en «Cuarenta años con Franco» (Crítica) - abc
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El franquismo 40 años después

Cuando se cumplen 40 años de la muerte del dictador, ocho historiadores y un escritor diseccionan la larga trayectoria del franquismo. Un balance global del régimen y su figura máxima

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Hace cuarenta años que murió Francisco Franco; que el personaje es Historia. En vida de Franco se escribieron múltiples biografías apologéticas del «caudillo de España», desde la de Joaquín Arrarás (1937) hasta la de Ricardo de la Cierva (1973). Fueron muchas las obras escritas para halagar el ego del dictador mientras escaseaban, ciertamente, las biografías planteadas desde la oposición al franquismo. Solo merecen mención, al respecto, los libros de Salvador de Madariaga y Luis Ramírez.

Pero que desde murió Franco la situación se ha invertido. Es extremadamente precaria la historiografía favorable a Franco. La mejor biografía en este sentido es la de Suárez Fernández, con impresionante soporte documental (1984, 8 volúmenes). Abundan, en contrapunto, los relatos críticos de perfil muy dispar, con mucho ensayo periodístico (de Umbral, Vázquez Montalbán, Vilallonga, Cebrián), y las biografías realizadas por historiadores, entre las que sobresalen las de Fusi, Tusell y Bennassar, con un auténtico best seller que ha sido la obra de Paul Preston (1994).

Nuevas miradas, «libres y rigurosas» sobre el tiempo con Franco

En los últimos años, el balance historiográfico sobre Franco y su significación política refleja que la polarización sigue presente y, desde luego, la fascinación que suscitó la mal llamada «memoria histórica» contribuyó muy poco a superarla. El esfuerzo de historiadores como Enrique Moradiellos o Stanley Payne ha abierto puentes de entendimiento entre los polos ideológicos confrontados, pero hay mucho por hacer todavía en el horizonte de la asunción de la complejidad y la introducción del matiz para la adecuada comprensión de una realidad histórica demasiado próxima.

La personalidad del hombre

Cuarenta años después de la muerte de Franco, ocho historiadores y un novelista, liderados por Julián Casanova, intentan responder al reto de aportar nuevas miradas, «libres y rigurosas», sobre lo que fueron los cuarenta años con Franco. Dos temas planean constantemente en el libro: la propia naturaleza del franquismo, tras los debates que ha habido en torno al propio concepto del régimen, y la personalidad del hombre que rigió el país a lo largo de ese tiempo, con sus competencias y sus incompetencias. En el volumen se intenta hacer un balance global del franquismo, controlando emociones y disciplinando ideologías.

Casanova subraya la «inversión duradera que fue la represión»

El estudio introductorio de Julián Casanova es una magnífica lección de Historia comparada en la que se asume que el franquismo contó con «bases sociales», lo que, aparte de otras muchas variables, ayuda a entender la larga pervivencia del mismo. Preston pone en solfa, una vez más, los mitos de la hagiografía franquista, aunque reconoce «el indudable talento tanto militar como político de Franco».

En el capítulo específico que escribe Casanova sobre «la dictadura que salió de la guerra» se subraya la capacidad de administrar las rentas de «la inversión duradera que fue la represión» a partir del asentamiento en los valores del orden y de la unidad.

La Sección Femenina

Ángel Viñas desnuda la pésima imagen exterior de Franco, pero pone en evidencia la utilidad del papel del mismo en el marco de la «guerra fría». Borja de Riquer analiza la crisis de la dictadura, en la que contó indudablemente la oposición al franquismo, pero haciendo constar que solo en la agonía final del régimen la erosión causada por el antifranquismo fue efectiva.

Ignacio Martínez de Pisón fustiga cualquier tentación nostálgica

Carlos Gil Andrés traza un perfil de lo que él llama «diez actores del régimen»: Carlos Arias Navarro, Luis Carrero Blanco, Santiago Carrillo, Manuel Fraga, López Rodó, Muñoz Grandes, Pla y Deniel, Pilar Primo de Rivera, Dionisio Ridruejo y Serrano Suñer. Su aportación permite subrayar el papel de los individuos más allá del propio sistema.

Mary Nash nos ilustra acerca de la incidencia del régimen sobre el mundo de las mujeres «vencidas, represaliadas y resistentes», con las contradicciones de los discursos de la Sección Femenina y sus prácticas. El texto de José-Carlos Mainer nos induce a replantearnos el viejo problema de hasta qué punto fue un erial desértico el escenario cultural del franquismo. Agustín Sánchez Vidal recorre la trayectoria del cine español durante el franquismo, incidiendo en los guiños de complicidad que intentaron establecer algunos directores con el público. Enrique Moradiellos examina el debate historiográfico suscitado por el franquismo. E Ignacio Martínez de Pisón cierra el libro con lúcidas reflexiones personales de un novelista como él, nacido en 1960, con explícita voluntad de fustigar cualquier tentación nostálgica.

Un libro, en definitiva, que disecciona bien la trayectoria de los cuarenta años de franquismo y que permite comprender la larga duración de un régimen más allá de las limitaciones de todo tipo de su máximo dirigente.

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