Eduardo Torres-Dulce Lifante
Uno de los nuestros
«Allí estaba Garci en el escenario del Dorothy Chandler Pavilion, a miles de kilómetros de su Madrid, en el corazón de un Hollywood que conocía al dedillo sin haber pisado Sunset Boulevard, el chico de la calle Narváez, el que admiraba a Alfonso Sánchez, el tipo que quería escribir películas como Ben Hecht, Charlie Mc Arthur o Billy Wilder»