Nagore Sanfelices: «La presencia de la mujer en los museos es ínfima»

Nagore Sanfelices (Bilbao, 1981), cierra la temporada de la galería Haurie con la avalancha del calor que se nos ha adelantado. Sanfelices presenta una colección de acrílico sobre tela y papel en una pintura que los críticos califican como «pura transmisión de poesía».

La infancia de Nagore Sanfelices parecía abocada al mundo del arte, pues lo vivía en todos sus aspectos en su propia casa. Hija de los pintores Justo San Felices y Carmen Mateos, «el mundo del arte ha sido natural para mí, no era algo excepcional, supongo que por eso cogí muy pronto las pinturas porque era algo así como tener el profesor en la propia casa».

Estudió Bellas Artes, pintura y grabado en la Facultad del País Vasco, y después cursó un año de Erasmus en Bélgica, «la experiencia fue buena porque ver España desde el exterior te da otra visión. Pero allí se trabaja en plan individual con un comisario que va viendo tu trabajo. En España el trabajo es más personal y además el contacto con los compañeros, para mí al menos era necesario y enriquecedor. Comentar la obra con otros, al menos cuando estás empezando, me parece fundamental». En Bélgica se interesó por el arte que se veía a pie de calle, «el arte español se veía poco por allí», comenta la pintora.

Le preocupa la mercantilización de la obra de arte, y sobre todo la situación de las galerías, «el arte pasa por momentos delicados, y no me refiero a la creatividad. Las galerías están pasando momentos muy complicados, y en Bilbao han cerrado muchas. Son fundamentales para la difusión del arte y sobre todo, para la gente que empieza». La gustan las ferias como Arco, «pero están algo distanciadas del arte real, del de los estudios de los pintores y de las galerías».

Distancia familiar

A pesar de sus padres, intenta distanciarse de la forma de pintar de ambos, «claro que nos influenciamos, pero yo intento poner distancia porque cada uno tiene una estética diferente. Yo creo que parto de la abstracción y al final llego a la figuración. En realidad no parto de una idea, sino que me dejo llevar por los materiales». Trabaja habitualmente en acrílico, «porque seca antes, es más inmediato. El óleo es muy duro». También utiliza la acuarela

Como mujer su postura en relación al mundo del arte no deja ser crítica, «nos pasa igual que en los demás campos profesionales. Recuerdo que las clases en Bellas Artes estaban repletas de mujeres, estábamos a la par con los hombres, y sin embargo desembarcas en el terreno profesional, y desaparecemos. No hay mujeres exponiendo en el mismo nivel que los hombres, y ya ni hablemos de su presencia, casi ínfima, en las colecciones de los museos. Igual dentro de diez años están más equilibradas. En cualquier caso, quiero pensar que la gente no compra un cuadro en relación a que el artista sea hombre o mujer».

Con su padre, el pintor navarro Justo Sanfelices, ha coincidido este año en una exposición en Elche, no así con su madre, «que nunca ha expuesto aquí en Sevilla». La muestra de la galería Haurie estará abierta al público hasta el próximo ocho de julio, «lo que presento en Sevilla es lo más reciente de mi producción, y creo que sí, que he cambiado un poco mi manera de trabajar», afirma la pintora.