Los dos bustos dañados
Los dos bustos dañados - ABC

Tesoros destruidos por los terroristas en Palmira recobran la vida en Roma

Gracias a una tecnología de vanguardia, dos obras maestras de la época de la legendaria reina Zenobia se recomponen con una especie de prótesis tras su destrucción a martillazos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El arte mutilado por los terroristas del Daesh en Siria está siendo restaurado en Italia. Se trata de dos bustos funerarios en piedra caliza de alabastro, cuya antigüedad se calcula entre los siglos I y III d. C., procedentes del Valle de las Tumbas, a las puertas de Palmira. Se conservaban en el Museo de la antigua ciudad siria, y fueron salvajemente dañados con martillazos por los terroristas del Daesh. Heridos de muerte, fueron salvados in extremis en el 2016 y están renaciendo ahora a una nueva vida con tecnología de vanguardia en el Instituto de Conservación y Restauración del ministerio de Bienes Culturales en Roma.

Se trata de dos figuras, un hombre y una mujer bellísima con el velo que le cubre la cabeza y joyas que le sujetan el manto sobre los hombros.

Dos obras de arte, raro testimonio de la época de la legendaria reina Zenobia que en el 272 d. C. Conquistó la independencia del imperio romano. Incluso Hollywood celebró la reina de Palmira con la película «Bajo el signo de Roma» (1959), dirigida por Michelangelo Antonioni y Guido Brignone con Anita Eckberg interpretando a Zenobia, reina de Palmira.

El más deteriorado es el busto de la figura masculina, con media cara destruida. El restaurador experto de reconstrucción en 3D cura la herida con una especie de prótesis, fruto de una sofisticada impresión tridimensional (polvo de nailon sinterizado con láser) con una capa de estuco de un milímetro de espesor. “La restauración se hace con el respeto total del mármol original”, explica el restaurador Antonio Iaccarino Edelson. Para el busto de la dama noble, la restauración se hace fragmento a fragmento. Una vez que recuperen su integridad perdida, cosa que ocurrirá en breve, este pequeño gran tesoro será devuelto a Siria, , para que sean conservados en lugar seguro: En una caja fuerte del Banco Central sirio en Damasco.

El viaje de retorno no constituirá a buen seguro la aventura que rodeó a los dos bustos hasta que llegaron a Roma. En el 2015 funcionarios del Museo Arqueológico de Palmira se apresuraron a salvar algunas obras maestras ante la llegada de los terroristas del Daesh. Se vieron obligados a dejar atrás las estatuas y los sarcófagos más grandes, así como los dos bustos procedentes del Valle de las Tumbas. Cuando la ciudad de Palmira fue temporalmente liberada, en la primavera del 2016, los funcionarios de damasco volvieron para salvar algunas obras, entre ellas los bustos. Estos fueron metidos en una caja y por tierra, en una pequeña camioneta la llevaron hasta la embajada siria de Beirut, superando decenas de bustos de control. Funcionarios italianos se hicieron cargo de las dos obras en la embajada y después de no pocos problemas de aduanas, la caja pudo emprender vuelo desde Beirut a Roma.

Exposición en el Coliseo

Los dos bustos llegaron a la capital italiana a primeros de octubre pasado, para formar parte de la exposición «Renacer de las destrucciones, Ebla, Nimrub, Palmira», que estuvo abierta en el Coliseo hasta el 11 de diciembre.

En esa exposición, gracias a una reconstrucción a escala real realizada en Italia, fue posible admirar tres monumentos destruidos o dañados por los terroristas: El Toro androcéfalo que ya no existe del Palacio Noroeste de Nimruk (Irak), la Sala de Archivo de Ebbla (Siria) que custodiaba 17.000 tablillas cuneiformes y que se encuentra en grave estado de abandono, o una parte del techo destruido del milenario templo de Bel en Palmira (Siria). Con esta exposición se rindió homenaje al famoso arqueólogo asesinado en Palmira, Khaled Asaad, calificado de “héroe”, porque con otras personas salvó una gran cantidad de obras maestras que son patrimonio de la humanidad.

El objetivo de la exposición fue sensibilizar a la opinión pública internacional en el conocimiento de la cultura y salvaguardia de los lugares y monumentos que son patrimonio de la humanidad. Además, se quiso favorecer el debate sobre la reconstrucción de lo que se destruye y acerca de la restauración de cuanto queda dañado.

Los objetivos se han cumplido. Ahora el ministro de Bienes Culturales, Dario Franceschini, ha podido decir con orgullo que Italia es una potencia mundial en la restauración del patrimonio, «con institutos y restauradores que ponen en luz las excelencias italianas». En el caso de los dos bustos, bien se puede decir que lo que un día se destruyó a martillazos, en Roma ha sido salvado gracias al primoroso trabajo y pasión de restauradores italianos.

Ver los comentarios