Sale a subasta una de las pinturas más icónicas de Tamara de Lempicka

Christie's saca a la venta el próximo 5 de febrero su «Retrato de Marjorie Ferry», que parte con una estimación de entre 8 y 12 millones de libras esterlinas

Detalle de «Retato de Marjorie Ferry», de Tamara de Lempicka CHRISTIE'S

ABC.es

Una de las obras más icónicas de Tamara de Lempicka , «Retrato de Marjorie Ferry» (1932) , saldrá a subasta el próximo 5 de febrero en la sala Christie's de Londres. Parte con una estimación de entre 8 y 12 millones de libras esterlinas (9.400.000-14.100.000 euros). Marjorie Ferry era una rubia cantante de cabaret inglesa de la que Lempicka estuvo enamorada y a la que retrata envuelta en una sábana, con los labios y las uñas de las manos pintados de un rojo intenso. La pintura fue encargada por el esposo de Ferry en el apogeo de la fama de Tamara de Lempicka en París, donde fue la pintora más buscada y celebrada de la época. En 1930 se había convertido ya en una retratista muy demandada entre las clases altas de Europa y Estados Unidos.

Keith Gill, responsable de arte impresionista y moderno de Christie’s-Londres, «los sorprendentes retratos de Tamara de Lempicka llegaron a simbolizar la exuberancia y la libertad de la sociedad de posguerra durante la década de 1920 y principios de los años 30. El "Retrato de Marjorie Ferry" es una de las pinturas más icónicas de la artista». Salió a subasta por última vez en Sotheby's-Nueva York en 2009 y estableció entonces un récord para la artista: 4.898.500 dólares. Perteneció a la colección del legendario diseñador de moda y coleccionista alemán Wolfgang Joop.

«Retrato de Marjorie Ferry», de Tamara de Lempicka CHRISTIE'S

Ferry Marjorie, que se convirtió en amante de Lempicka , se casó con un financiero que le encargó a Lempicka en 1932 que pintara este retrato, que no solo captura la vitalidad de su modelo, sino que refleja el estilo Art Deco que había definido la década anterior. Lempicka había estado pintando desde finales de la década de 1920 en su característico estilo clásico. Marjorie Ferry se presenta en este retrato en un espacio imaginado, combinando rasgos estilísticos extraídos del cubismo francés, el purismo de posguerra y el neoclasicismo, su propio estudio de los primitivos italianos y las tendencias realistas en Alemania, Lempicka forjó su propio estilo figurativo, muy audaz. Ella obtuvo inspiración de Ingres .

El trabajo de Lempicka ha visto un renovado interés en los últimos años. Su cotización se mantiene al alza. Artista fetiche de estrellas como Barbra Streisand, Jack Nicholson y, sobre todo, Madonna , su mayor admiradora, que atesora algunas de sus pinturas más famosas. De hecho, hay semejanzas entre estas rubias transgresoras: las dos emigraron en busca de éxito, fama y riqueza. Y ambas lo consiguieron. Madonna rindió homenaje a Lempicka en su Blonde Ambition Tour.

Tamara Gurwik-Gorska (Tamara de Lempicka) fue una artista culta, femenina, andrógina, sensual, seductora, que posaba como las divas de Hollywood; icono de estilo y glamour en los felices años veinte . Emancipada, independiente y sexualmente libre (nunca escondió su bisexualidad), la retratan como maniática, excéntrica, excesiva, tan fría como sus metalizadas pinturas. Cuentan que esta «belle de jour» solía protagonizar orgías y se escapaba a tugurios a orillas del Sena en busca de cabareteras y prostitutas. También frecuentaba a aristócratas lesbianas, a las que retrataba como amazonas. Tuvo sus escarceos con Gabriele d’Annunzio , quien le regaló un anillo con un topacio que llevaba siempre en su dedo.

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