El Prado rinde homenaje a Rafael Moneo en el X aniversario de su ampliación

El museo dedicará un espacio permanente a su patrimonio arquitectónico y museográfico y, desde finales de noviembre, estará disponible en la web, con acceso libre, todo su archivo documental

Rafael Moneo, hoy en el Claustro de los Jerónimos del Prado, junto a algunas imágenes de su ampliación ISABEL PERMUY
Natividad Pulido

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Hace justo hoy diez años, los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía inauguraban la que, según Miguel Falomir, director del Prado , «es la ampliación más importante en los casi doscientos años de historia de la pinacoteca. Supuso una revolución, pues fue el vehículo que ha permitido al museo pasar del siglo XIX al XXI». El arquitecto escogido para tan relevante proyecto fue el navarro Rafael Moneo , quien diseñó un edificio de nueva planta y restauró el Claustro de los Jerónimos , que ha quedado integrado en el museo. La ampliación permitió duplicar la superficie de la sede histórica del Palacio de Villanueva : se añadieron 15.715 metros cuadrados. El nuevo edificio se dedicó a exposiciones temporales, con cuatro salas reservadas para tal fin, y acoge en su última planta el flamante taller de restauración.

La ampliación disparó todos los indicadores del museo: aumentó el número de visitantes en un 40% (de los 2.165.581 que hubo en 2006 se pasó a más de 3 millones en 2016), permitió que se ampliaran notablemente las exposiciones temporales, multiplicó la restauración de obras y la repercusión mediática... Aunque no todo fue como la seda. Las protestas de los vecinos de los Jerónimos retrasaron el proyecto e hicieron que Moneo tuviera que modificar su propuesta original. «Este proyecto demuestra que invertir en cultura no es una frivolidad , sino que es algo tan necesario como las infraestructuras viales», advierte el director del museo.

Libro y exposición

El Prado ha querido celebrar con un homenaje a Moneo el décimo aniversario de esta ampliación. No será la última, pues aún queda pendiente la rehabilit ación del Salón de Reinos a cargo de Norman Foster y Carlos Rubio, que permitirá la salida de los almacenes de entre 250 y 300 obras. La fecha del comienzo de las obras, prevista para octubre de 2018, está pendiente de que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado, que incluirían una partida especial. Se ha publicado un libro que incluye dos ensayos a cargo de sendos historiadores de la arquitectura -un estudio de Jorge Fernández-Santos, acompañado por fotografías de Joaquín Bérchez- y un balance de lo que ha supuesto el proyecto. Algunas de estas imágenes ampliadas conforman una exposición, «Por el Prado de Moneo» , que podrá visitarse en el Claustro de los Jerónimos hasta el 28 de enero de 2018. La celebración se completa con la publicación de diez vídeos en 360 grados .

Pero el museo quiere que vaya más allá su relación con la arquitectura. Según Falomir, el Prado «no ha dado aún a la arquitectura la importancia que merece », teniendo en cuenta, añade, que ninguna institución española cuenta con semejante patrimonio arquitectónico: el edificio de Villanueva, obra cumbre del neoclasicismo en España; el Casón del Buen Retiro, el antiguo Salón de Reinos, que será rehabilitado por el Pritzker Norman Foster; y el edificio Jerónimos, creado por otro Pritzker, Rafael Moneo. Anuncia Miguel Falomir que las antiguas salas donde se exhibía el tesoro del Delfín (éste pasará en febrero de 2018 al toro norte de la segunda planta, junto a la pintura flamenca y holandesa del XVII), en el sótano de Villanueva -uno de los espacios más puros del edificio, según Falomir- , estarán dedicadas, de forma permanente, a la historia del museo desde el punto de vista arquitectónico y museográfico, al igual que hacen otras pinacotecas como el Louvre. Se exhibirán maquetas, planos, bustos de arquitectos, iconografía del museo, etc. Además, otra de las importantes novedades del Prado es, a partir del 27 de noviembre, coincidiendo con el 198 aniversario del museo, estará disponible en la web todo el archivo documental de su historia , que ha sido digitalizado. El acceso será libre.

«Un proyecto difícil»

«El edificio de Moneo ha envejecido maravillosamente -comenta Falomir-. Lo más importante es lo que no se ve (los almacenes, el taller de restauración, espacios educativos...) Sin esta ampliación el Prado no sería el mismo, no estaría donde está hoy ». Cree igualmente Moneo que su edificio «ha envejecido bien y la gente lo ha usado con naturalidad », aunque no oculta que fue «un proyecto difícil». «Había que buscar una solución para la espalda del edificio de Villanueva, que, debido a las intervenciones que había sufrido en su historia, había quedado desvirtuado y encajado en una ladera. Se resolvió con una plataforma ajardinada -explica Rafael Moneo-, pero no se trató como una obra autónoma, aislada, independiente, sino integrada en la ciudad. La ampliación del Prado coincidió con unos años de gestión viva y abierta del museo. Me gustaría pensar que he ayudado a hacer más accesible el museo , a que los españoles lo sientan como propio». No oculta el arquitecto la importancia que ha tenido en su carrera ampliar el Prado, «por lo que significa este museo para los españoles. Hay pocos lugares como éste , al que se trate con tanto respeto». ¿Lo hubiera planteado hoy igual?, le peguntan. Responde que sí, pero que le hubiera gustado que hubiera sido « sin tanto esfuerzo ».

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