«Salomé con la cabeza de Juan el Bautista» (Caravaggio)
«Salomé con la cabeza de Juan el Bautista» (Caravaggio) - ABC

Patrimonio Nacional exhibe en Roma su magnífica colección del Seicento italiano

La exposición, que se inaugura esta semana en el Palacio del Quirinal, presenta obras de Caravaggio y Bernini, entre otros

Corresponsal en Roma Actualizado: Guardar
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Suscita gran interés en Italia la exposición «De Caravaggio a Bernini. Obras maestras del Seiscento Italiano en las Colecciones Reales de España», organizada por Patrimonio Nacional con patrocinio de la Fundación Abertis. La muestra, que será inaugurada el próximo día 13 por el presidente de la República, Sergio Mattarella, en la Escudería del Quirinal en Roma, permanecerá abierta hasta el próximo 30 de julio.

La muestra refleja, mediante una extraordinaria selección de setenta obras, las muy estrechas relaciones políticas y culturales entre España e Italia en el siglo XVII, periodo en el que el coleccionismo español de arte italiana relanzó la tradición iniciada en el siglo XVI con Carlos I. Gracias a ello se generó el nacimiento de un especial aprecio por el arte y de una escuela nacional que con Diego Velázquez alcanza una cumbre en la historia del arte europeo.

En este contexto, las figuras de Caravaggio y de Gian Lorenzo Bernini representan puntos de referencia sobre los que se desarrollan naturalismo, clasicismo y barroco entre la primera y segunda mitad del siglo XVII.

Interrelación

Símbolo de ese esplendor e interrelación artística entre Italia y España son dos obras maestras de la exposición: «Salomé con la cabeza del Bautista», de Caravaggio (Madrid, Palacio Real), el mejor lienzo del artista conservado en España; y la «Túnica de José», de Velázquez (Monasterio de San Lorenzo de El Escorial), una pintura del artista sevillano realizada después de su primer viaje en Italia, entre 1629 y 1631, y que demuestra las influencias recibidas de su encuentro con el arte clásico y la pintura italiana, descubriendo a artistas como Caravaggio y Guercino.

Junto a Caravaggio y Velázquez se muestran cuadros fundamentales de Ribera y obras maestras de las escuelas italianas del siglo XVII. También están presentes en la exposición los dos escultores más importantes del siglo XVII: El ya citado Bernini y Alessandro Algardi, su principal rival durante las últimas décadas de su vida. Precisamente el «Cristo de Bernini» fue la única escultura del maestro del barroco italiano encargada fuera de Italia, realizada por solicitud del Rey Felipe IV para presidir el Panteón de Reyes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Regalos diplomáticos

Además de las obras compradas por representantes de la monarquía española en Italia, en otros casos se trata de regalos diplomáticos por parte de prelados, príncipes y gobernantes italianos para obtener protección o favores. Por ejemplo, el príncipe Niccolò Ludovisi, sobrino del Papa Gregorio XIII, regaló a Felipe IV en 1664, para garantizarse la protección española sobre el minúsculo Estado de Piombino en la región de Toscana, dos cuadros entre los más espectaculares de la exposición: «Lot y las hijas», del Guercino, y «La conversión de San Pablo», de Guido Reni.

Otra muestra del recíproco interés de España e Italia por el arte en ese periodo se refleja en la invitación a maestros italianos, como Luca Giordano, quien trabajó durante un decenio en la Corte madrileña. Por contra, el español José de Ribera llegó a Roma en el 1606, con apenas 15 años, y transcurrió la mayor parte de su vida en Nápoles, siendo conocido como El Españoleto. En la capital italiana pudo estudiar la obra de Caravaggio e, incluso, coincidir brevemente con él. Ribera está presente en La Escudería del Quirinal con cinco obras maestras, entre ellas el magnífico «Jacob con los rebaños de Labán».

Ciudades

La exposición, comisariada por Gonzalo Redín, se articula en cuatro grandes bloques. De Bolonia a Roma: Fueron dos ciudades importantes del estado pontificio y nutrieron, mediante regalos diplomáticos, las colecciones reales. El segundo espacio se denomina Lujo Real: Los conventos de fundación real de la Corona española conservan pinturas de devoción y esculturas de exquisita factura. De especial interés es el tercer bloque: De Roma a Nápoles, de Nápoles a España.

La escuela napolitana es, con diferencia, la más representada en las colecciones de Patrimonio nacional, lógica consecuencia de los dos siglos de gobierno español sobre el territorio. Las dos estancias de Caravaggio en Nápoles, aunque breves -entre 1606 y 1609- marcaron la pintura de la escuela napolitana. Finalmente, el cuarto espacio es el dedicado al esplendor del barroco, grandes palas de altar en la colección real: En tres salas muestran una quincena de pinturas que representan lo más característico de la pintura del Seicento. Además de algunas ya citadas destacan «La vocación de San Andrés», de Federico Barocci, o el «Descendimiento de Romanelli».

Darío Franceschini

El ministro de Cultura y Turismo, Dario Franceschini, tuvo especial protagonismo para traer la exposición a Italia, según ha declarado a ABC: «Cuando yo fui a España a recibir con gran placer la condecoración de la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio visité con mi colega español la exposición del Patrimonio Nacional, muy bella y con muchas obras italianas. Pensé entonces en traerla al lugar italiano más prestigioso». Y, en efecto, viene a la Escudería del Quirinal. Será inaugurada por el presidente de la República. Es otra cosa bella que refuerza las relaciones entre Italia y España.

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