El Museo del Prado suma una obra maestra de Dosso Dossi a su colección

Procedente de una colección privada, «Eneas y las harpías» se ha incorporado a la pinacoteca tras ser adquirida, a través de Christie’s, por el Ministerio de Cultura y Deporte. Se trata de la primera obra del autor italiano que entra en la colección del Museo Nacional del Prado.

Detalle de «Eneas y las harpías»

ABC

El Museo del Prado ya tiene una obra de Dosso Dossi en su colección. Procedente de una colección privada, la pintura «Eneas y las harpías» (ca. 1519-1520), se ha incorporado a la pinacoteca tras ser adquirida, a través de Christie’s, por el Ministerio de Cultura y Deporte. Se trata de la primera obra del autor italiano que entra en la colección del Prado.

Carmen Schjaer, Consejera delegada de Christie’s en España, comenta: «Es una gran alegría para nosotros que "Eneas y las harpías" forme parte del Museo Nacional del Prado. Estamos convencidos de que este insólito hallazgo por parte de nuestros especialistas de Pintura Antigua y su nueva y prestigiosa ubicación contribuirán a un mejor y más amplio conocimiento de la obra de Dosso Dossi y de la Historia del Arte del Renacimiento».

La reciente aparición, en una colección particular, de «Eneas y las harpías» es especialmente significativa. En un estado de conservación excepcional, es un gran ejemplo de las cualidades artísticas de Dosso Dossi quien, asimilando las ideas y los conocimientos de los autores pioneros de su época, supo desarrollar un estilo propio y singular.

La escena representada podría ser un episodio del tercer libro de «La Eneida», en el que Virgilio relata las andanzas de Eneas y los troyanos tras la caída de Troya. Sin embargo, como era característico en Dossi, la interpretación que hace de los hechos es enormemente libre, siendo difícil trasladar literalmente los acontecimientos narrados a cada escena representada, alejándose de los rigurosos cánones de representación historiográfica.

La procedencia del friso y de la pintura «Eneas y las harpías» está llena de incógnitas que se han ido resolviendo a lo largo de los años, al menos en parte. Se sabe que el conjunto permaneció en la colección de la familia D’Este hasta que el cardenal Scipione Borghese adquirió los diez lienzos, a principios del siglo XVII. En el inventario de las propiedades del palacio romano del príncipe Giovanni Battista Borghese, a finales de esa centuria, se mencionaba su existencia. Según parece, el conjunto permaneció en la familia Borghese hasta que, a principios del siglo XIX, José de Madrazo y Agudo –pintor y director del Museo del Prado- adquirió una serie de obras de la colección –entre ellas, podría estar Eneas y las harpías- y las trajo a España. Al morir Madrazo, el Marqués de Salamanca adquirió su legado artístico y, a partir de ese momento, el lienzo quedaría definitivamente ligado a España para terminar, hace solo unas semanas, incorporándose al Museo Nacional del Prado.

Freddie de Rougemont, especialista en Pintura Antigua de Christie’s, Londres: «Encontrar esta pintura, hasta ahora en paradero desconocido, ha sido una experiencia inolvidable, máxime en el extraordinario estado de conservación en el que se encuentra. Se trata de uno de los encargos más importantes de la pintura renacentista italiana y que se reúna con dos de las obras maestras de Tiziano procedentes del camerino de Alfonso d’ Este, las bacanales del Museo del Prado, es especialmente emocionante».

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