El Museo de Bellas Artes de Bilbao recopila medio siglo de arte vasco

La pinacoteca presenta «Después del 68», una muestra con 150 obras de artistas locales

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El Museo de Bellas Artes de Bilbao inaugurará este jueves «Después del 68. Arte y prácticas artísticas en el País Vasco 1968-2018» . Una antología del último medio siglo del arte vasco con 150 obras orquestadas en torno a las figuras de Jorge Oteiza y Eduardo Chillida. De década en década, de generación en generación, la muestra plantea una revisión cronológica del panorama artístico del territorio en la que quedan de manifiesto las líneas de continuidad y de ruptura de cerca de un centenar de autores.

No es «Después del 68» un título «inocente», subrayó ayer el director del museo, Miguel Zugaza . Fue el año en el que la invasión soviética acabó con la Primavera de Praga, o en el que tuvieron lugar las protestas estudiantiles que desembocaron en la mayor huelga general de Francia. También en esa fecha se constituyó Petronor, patrocinador de la exposición, que precisamente celebra su 50 aniversario. En el plano artístico, 1968 constituye el inicio de una divisoria fundamental en el mundo contemporáneo que permitió la entrada en el País Vasco de una oleada vanguardista que afectó no solo a la pintura y a la escultura, sino también a otras ramas como la música y la arquitectura.

A.M.

En este sentido, la muestra que ocupará el Bellas Artes hasta el 28 de abril toma como punto de partida la obra de una nueva generación de artistas vascos nacidos en la década de los años 40. Creadores que compartieron escena con Jorge Oteiza y Eduardo Chillida , los dos grandes referentes de la exposición. Suyas son algunas de las piezas excepcionales, como «Homenaje a Paul Klee» (1955-1956) y «Abesti gogorra IV» (1964) .

En estos primeros años del recorrido aparecen también artistas que se constituyeron en la Escuela Vasca y que consolidaron un vocabulario propio, como Mari Puri Herrero y Rafael Ruiz Balerdi. Jóvenes que rompieron con tendencias anteriores, incluida la pintura informalista, y que protagonizaron un cierto «aislamiento generacional» especialmente acusado en Vizcaya. Surgió entonces un arte narrativo cercano al pop testimonial y al fenómeno urbano, con el que los creadores vascos se enfrentaron al régimen franquista todavía imperante.

Nuevas corrientes

Las manifestaciones de rechazo al régimen dictatorial dieron paso en la década de los ochenta a la aparición de novedosas corrientes enfocadas al ámbito audiovisual. Un tránsito entre lo moderno y lo contemporáneo que tomó impulso a través de un vocabulario posminimalista y que evolucionaría a lo largo de épocas posteriores con las pinturas, esculturas y fotografías de autores como Sergio Prego, Asier Mendizabal o Erlea Maneros . El itinerario concluye en 2018, con la representación de las más recientes experiencias artísticas, con un creciente protagonismo femenino.

Las «lagunas» de la colección, que surgen especialmente a partir de los 80, han sido cubiertas con préstamos de instituciones como la Fundación La Caixa, el Museo Reina Sofía y el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) .

La exposición, sustentada además por todo tipo de material de archivo y documental, desde libros hasta revistas y carteles, culmina con la sala «Música en el País Vasco» , que propone un «viaje atemporal» sobre los gustos musicales del territorio.

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