Manolo Millares dialoga con Goya a través de sus grabados

Una exposición en la Calcografía Nacional y su catálogo razonado reúnen toda la obra gráfica del artista canario

Grabados de Manolo Millares, en la Calcografía Nacional EFE

JUAN CARLOS DELGADO

Coproducida por la Fundación Juan March, la Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Fundación Museo del Grabado Español Contemporáneo y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, se presentó ayer en la Calcografía Nacional «Descubrimientos Millares, 1959-1972», una muestra que, hasta el 5 de enero, recoge por primera vez la obra gráfica completa del artista canario Manolo Millares, así como el catálogo razonado de la misma, del que su autor Alfonso de la Torre , comisario de la exposición. Según Juan Bordes , académico delegado de la Calcografía Nacional, «la fuerte identidad de la obra de Millares enraiza en el mismo sentimiento de rebeldía que inspiró la obra de Goya. Con esta primera sede de la exposición, el paralelo entre Millares y Goya se hace más evidente, pues sus obras revolucionarias asumen los mismos riesgos, ya que nacen en el mismo seno de una sociedad con semejantes represiones».

Dice Alfonso de la Torre que Manolo Millares (Las Palmas de Gran Canaria, 1926-Madrid, 1972) mantuvo a lo largo de su trayectoria un gran interés por el grabado y las técnicas gráficas en general. En su infancia, dice el comisario, estaba fascinado por los grabados de Goya : sus «Caprichos» y sus «Desastres de la guerra», que, «contemplados mediante reproducciones halladas en 1933 en libros de la casa familiar en Las Palmas, ejercerían un poderoso atractivo en el niño y futuro artista». Tan solo unos años después, este «hijo entrañable de Goya» realiza sus primeros monotipos.

Millares hizo carteles, portadas, ilustraciones para revistas y otras publicaciones. El corpus de su obra gráfica, unas cincuenta obras , se reúne en cinco carpetas , en su mayoría realizadas mediante técnicas calcográficas y serigráficas, explica De la Torre. Son: «Mutilados de paz» (1965), «Auto de fe» (1967), «Antropofauna» (1970), «Torquemada» (1970) y «Descubrimientos-Millares, 1671. Diario de una excavación arqueológica imaginaria y barroca (1971).

«Mutilados de paz» fue su primera carpeta serigráfica. Contenía cuatro estampas, presididas por un poema escrito por Rafael Alberti en Roma, bajo el cuidado de Gerardo Rueda . «Auto de fe» reúne cuatro grabados a punta seca. Fue concebido con Elvireta Escobio, su viuda , presente ayer en el acto junto con su hija Coro. Se hizo una edición casi artesanal de 20 ejemplares numerados. Reproduce fragmentos del libro «Causas del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en Canarias». «Antropofauna» es una carpeta de cinco aguafuertes estampada por el artista en el taller barcelonés de Gustavo Gili , mientras que «Torquemada» contiene seis serigrafías. Fue editada por Juana Mordó , su galerista. Además, colaboró en una carpeta dedicada a El Paso, participó en la primera serie de serigrafías editada en 1964 por el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, ilustró en 1969 los «Poemas de amor» de Miguel Hernández... En 1971 publicó su último trabajo en doce serigrafías. Fue un regalo para el Museo de Arte Abstracto Español.

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