Mário Pedrosa en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de París en 1975
Mário Pedrosa en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo de París en 1975 - PATRICIA NEWCOMBER

La historia del arte moderno, vista desde Brasil

El Museo Reina Sofía centra una exposición en el ideario creativo de Mário Pedrosa, crítico de arte y activista político

Madrid Actualizado: Guardar
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«Fuente de mercurio», de Calder
«Fuente de mercurio», de Calder - MUSEO REINA SOFÍA

Fue un gran defensor del llamado «arte virgem», el realizado por niños, artistas autodidactas y enfermos mentales. Entró en contacto con algunos de estos últimos (Raphael Domingues o Emygdio De Barros) en el Hospital Psiquiátrico Don Pedro II, a las afueras de Río de Janeiro. Pero fue Giorgio Morandi el artista que más atrajo su mirada, su pensamiento. Curiosamente, lo consideraba «el artista más político de su generación». Difícil llegar a esa conclusión admirando sus asépticos bodegones. Pedrosa lo explicaba tanto en su negativa a participar en el arte fascista y en convertir el arte en un arma de propaganda. De Klee, le interesaba que su obra conciliaba el espíritu centroeuropeo con el oriental. De Calder, que fuera un pionero formal.

Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, se lamenta de que el arte latinoamericano, hoy tan de moda, ha sufrido siempre enfoques reductivos y lugares comunes: el realismo mágico, la América Fría... «La realidad cultural latinoamericana es mucho más compleja», advierte. En el caso de Pedrosa, destaca su interés por la forma y por la psicología visual, así como su compromiso político. Sufrió la cárcel y el exilio.

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