Los herederos de Mondrian reclaman cuatro obras a Alemania

El pintor envió los cuadros en 1929 para una exposición en un museo de Krefeld, de cuyo director era amigo íntimo

El artista Piet Mondrian ABC
Rosalía Sánchez

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En 1929, Piet Mondrian envió personalmente cuatro cuadros al Museo Kaiser Wilhelm de Krefeld (Alemania) para una exposición, en la que fueron exhibidas 19 de sus obras, 8 de las cuales fueron vendidas. Hay constancia epistolar de que uno de los comisarios de la muestra pidió prestados, aquel mismo año, esos cuatro cuadros, que habían quedado sin vender, para otra exposición y debieron ser devueltos al museo en algún momento de 1930.

Entonces, la pinacoteca estaba bajo la dirección de Max Creutz , que mantenía una relación muy fluida de amistad con Mondrian y que fallecería solamente dos años después, sin haber ordenado o gestionado la devolución y sin haber dejado por escrito nada de lo que había hablado personalmente con el artista.

En ningún documento consta que Mondrian reclamase de vuelta sus cuadros antes de huir de los nazis desde París a Londres, en 1938, y ahora los responsables del museo alegan que se trató de una donación, como muchas de las que hacía el artista con obras que no tenía especial interés en recuperar o conservar.

El caso es que, en 1950, tras la reordenación de fondos posterior a la Segunda Guerra Mundial , las cuatro obras aparecen por primera vez formalmente en el catálogo de la colección propia del Kaiser Wilhelm. Los herederos de Mondrian consideran «absurda» esa teoría de la donación y exigen ahora su restitución a través de un abogado experto en este tipo de demandas, Gunnar Schnabel.

Expolio nazi

Abogado berlinés dedicado desde 1998 a la investigación de obras expoliadas por los nazis , Schnabel ha logrado éxitos como el acuerdo de devolución de «Leyenda del pantano» a la familia de Paul Klee , una pintura abstracta onírica que estuvo 26 años en los tribunales. Consciente de que las restituciones más complicadas tienen lugar solamente cuando hay voluntad política de por medio, en este caso la estrategia del abogado pasa por ganar como aliado para la causa al ex ministro alemán de Cultura Michael Naumann, que en una carta a los funcionarios del Kaiser Wilhelm les ha acusado de «un indescriptible caso de bellaquería de los peores desde el final de la guerra en 1945».

La ciudad de Krefeld ha reaccionado con sorpresa y rechazo a ese trato. El museo ha anunciado una investigación a fondo sobre la procedencia de unos cuadros sobre los que durante décadas no hubo sospecha alguna y trabaja en la creación de una comisión que estudie el caso.

El hecho de que Alemania haya abierto un proceso generalizado de devolución de arte expoliado por los nazis ha generado un mercado para investigadores y abogados que rastrean los museos e invitan a los posibles herederos a exigir restituciones, pero hay casos, como este, en el que faltan los elementos documentales que permitan dar fácilmente la razón a los descendientes del artista.

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