Henri Matisse: las fuentes de inspiración de un genio

La Royal Academy de Londres exhibe, por vez primera en Europa, los objetos que siempre tuvo en su estudio

«Odalisca amarilla», de Matisse ABC

JUAN CARLOS DELGADO

A Matisse no le seducían los materiales valiosos, sino objetos que, por algún motivo y en un momento concreto, le emocionaban o sorprendían. Muchos de ellos, además de en su casa, acabaron retratados en sus obras y, como fuentes de esa inspiración, protagonizan una exposición en Londres. La muestra «Matisse en el estudio», que abrió sus puertas el pasado viernes en la Royal Academy de Londres , «revela cómo era Matisse como artista y nos ofrece lo extraordinario que había en su mente», según Ann Dumas , una de las comisarias de la muestra. «Matisse no coleccionó materiales valiosos sino objetos que, de manera espontánea, vio en un momento en el que estaba emocionado, quizás en un mercado, y otros ni siquiera sabemos de dónde los sacó», señala Dumas, para precisar que el artista «siempre vivió rodeado de estos objetos» en su estudio.

Es la primera vez que se exhiben los objetos personales de Henri Matisse (1869-1954) en Europa. La selección reúne 35 piezas, junto a 65 pinturas, esculturas y dibujos del artista francés. Entre los objetos más destacados, una silla de estilo veneciano que, según la comisaria, «cautivó a Matisse» por su peculiar forma, compuesta por una concha de plata y una especie de delfines como reposabrazos. Después de comprar la silla, Matisse dijo que fue «el objeto que más anheló durante años». También resalta un jarrón verde de cristal, que compró en España en 1911 y que pintó en dos de sus cuadros. Asimismo, una jarra para hacer chocolate, que fue un regalo de boda.

Arte africano e islámico

Una de las salas está dedicada a la colección de esculturas africanas, que le ofrecieron una nueva perspectiva en el arte occidental para para retratar la figura humana, principalmente el desnudo femenino. Helen Burnham , otra de las comisarias de la exposición, añade que estos objetos fueron «muy importantes en un momento donde la representación del cuerpo estaba cambiando».

También se exhibe la escultura «Dos mujeres», creada a partir de una fotografía de la revista francesa «L’Humanité féminine», que muestra dos tuareg. Según Burnham, la escultura de Matisse trata de hacer «una exploración de la sexualidad».

En la sala destinada a los retratos destaca «Marguerite», que representa a su hija y es una de las pocas obras de la exposición que no pertenecen al artista, ya que fue un cuadro que el maestro le dio a Picasso en un intercambio de regalos. Asimismo, la muestra recoge algunos objetos islámicos que Matisse pintó en muchos de sus cuadros y que siempre estuvieron presentes en su estudio. Matisse estaba entusiasmado con el norte de África después de visitar Marruecos y Argelia.

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