La fachada del Museo del Prado se convertirá en lienzo

Un informe técnico obliga a una limpieza urgente de los elementos de granito de la fachada de la pinacoteca

Fachada del Museo del Prado cubierta por andanios Isabel Permuy

J. G. C.

El Museo del Prado calienta motores para celebrar su bicentenario, para el que ha preparado un programa especial de exposiciones que será presentado mañana martes. Pero se ha encontrado con un contratiempo que, sin embargo, quiere convertir a la postre en un valor más de la celebración. Un informe técnico ha demostrado que ha llegado la hora de limpiar y restaurar los elementos de granito de la fachada. Además de los marcos de las ventanas, el granito adorna los vértices del edificio de Villanueva y es el elemento dominante en la fachada principal, la de Velázquez.

El pasado 20 de julio, el Consejo de Ministros aprobó el presupuesto de medio millón de euros de emergencia para las obras, poco después de conocer el informe del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE). En ese informe se señala que los elementos pétreos en el pórtico de Velázquez tienen grietas y lesiones. Asimismo, la fachada Norte del Casón del Buen Retiro presenta pérdida de material y carencia de fijaciones, donde el IPCE observa «grave riesgo» de desprendimiento de diferentes elementos. Pero finalmente la decisión es extender la intervención a todo el perímetro de los edificios principales del Prado. Las obras darán comienzo por el pórtico y se prolongarán durante 16 meses. El coste total será de 4 millones de euros, que saldrán del presupuesto del Prado, previa aprobación del Consejo de Ministros.

Para el Prado no será un problema cubrirse de andamios justo ahora que debe dar buena imagen. Convirtiendo la necesidad en virtud, la dirección ha decidido cubrir todos los andamios con un lienzo de lona que será aprovechado para proyectar el bicentenario al exterior. ¿Cómo? Aún no se ha decidido, pero seguramente se mostrarán detalles de los cuadros imprescindibles de la historia de la pintura que atesora. «Al final es otro modo de hacer llegar a la sociedad nuestra celebración, puesto que queremos que sea abierta y participativa», apuntan en la pinacoteca.

En definitiva, el museo va a convertirse en un anuncio gigantesco de su propia celebración de cumpleaños. Retratos, bellezas inmortales, paisajes, lanzas, mitologías, episodios históricos, desfilarán seguramente por las lonas gigantes. Ya están empezando a buscar el diseño que pueda resumir esos 200 años de historia en un puñado de imágenes ampliadas desde el suelo a las cubiertas. Eso sí, al terminar el bicentenario, la cara pétrea del Prado lucirá casi como el primer día.

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