Oro del galeón Atocha sale de nuevo a subasta, pero su historia sigue perdida

Venden las piezas favoritas del cazatesoros Mel Fisher, que fueron extraídas del mar removiendo los restos y destruyendo el contexto histórico

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Parte del tesoro del galeón español Nuestra Señora de Atocha, hundido en Florida en 1622 a causa de un huracán, será subastado en Nueva York el 5 de agosto en la casa Guernsey's, coincidiendo con el 30 aniversario de su descubrimiento por parte del cazatesoros estadounidense Mel Fisher, informa Efe. No es la primera vez que las joyas y artefactos del galeón más famoso del mundo salen a la venta. Lamentablemente no suele recordarse que los tesoros fueron recuperados sin método arqueológico y se destruyó a extraer el oro y la plata -como si de una mina y no de un yacimiento se tratase- toda la historia que los rodeaba.

Imaginen los restos de una casa de un noble romano y piensen que, en lugar de una excavación arqueológica que extraiga y documente cada moneda, anillo, enterramiento humano o mosaico, un aventurero entra con una excavadora y remueve la tierra donde el detector de metales localiza material.

Así es como durante décadas se han excavado los galeones de Indias, los barcos de la exploración que tejieron la primera red global de comercio en el mundo, allá por el siglo XVI. Así es como la industria más destructiva de la historia ha destruido cientos de yacimientos únicos, cientos de naufragios, para, precisamente, vender el oro en subastas y lograr inversores para los gastos de exploración.

Ni una publicación científica

Es la práctica habitual de los cazatesoros, de la que Mel Fisher es el máximo exponente que el mercado premia. De ahí la expectación de esta subasta que debería avergonzar a todos los amantes de la historia. Porque además de esa actividad tan destructiva jamás ha salido una publicación científica digna de ese nombre, salvo los catálogos de subastas. Ello supone que miles de datos relevantes sobre cómo era el mundo y la sociedad embarcada, eminentemente mestiza, fueron borrados al destruir los yacimientos, con el único fin de enriquecer a estos exploradores sin escrúpulos arqueológicos.

En Nueva York, ahora, casi 40 objetos del galeón, entre ellos una cruz de esmeralda, lingotes de oro y plata, perlas salvajes o monedas españolas del siglo XVII, se venderán al mejor postor.

El Nuestra Señora de Atocha era el más famoso de los nueve barcos que se hundieron en Florida y tardó más de 150 años en ser encontrado, gracias al empecinamiento de Fisher, quien finalmente dio con él cerca de Cayos Marquesas, en Florida, en 1985.

El cazador de tesoros, en dieciséis años de búsqueda, encontró 40 toneladas de plata y oro, incluyendo 100.000 monedas de plata, otras de oro y varias esmeraldas colombianas. La subasta está centrada en algunos de los objetos favoritos de Fisher, el polémico buscador que falleció en 1998 a los 76 años.

Las piezas más valiosas son un cáliz de oro valorado entre los 400.000 y los 500.000 dólares (de 359 a 449.000 euros), dos insólitas perlas salvajes de la región de Nueva Esparta -valoradas entre 300.000 y 400.000 dólares (de 269 a 359.000 euros)- y una cruz de oro y esmeralda, regalo del rey Felipe IV de España a su esposa Isabel de Borbón, y que podría alcanzar los 125.000 dólares (112.000).

Pero quizá la más curiosa es una cadena de oro que el propio Mel Fisher llevó en la entrevista que le hicieron en "El show de Johnny Carson" tras encontrar el botín, que está valorada entre 90.000 y 120.000 dólares (de 80.900 a 107.000 euros). Él solía fotografiarse con el oro, y esa tradición -como la de decir cada mañana «Hoy es el día»- la sigue manteniendo su familia.

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