Cuatro horas de trabajo para cada centímetro de tejido. Un maestro sedero muestra el funcionamiento de un antiguo telar
Cuatro horas de trabajo para cada centímetro de tejido. Un maestro sedero muestra el funcionamiento de un antiguo telar - Rober Solsona

Viaje a la capital de la Seda

La UNESCO celebra la importancia de Valencia en las rutas comerciales de este producto textil entre los siglos XV y XVIII

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No se recuerda suficientemente que hubo un tiempo en que la ciudad de Valencia no era conocida por los naranjos, sino por la calidad de sus sedas. Eran consideradas las mejores del mundo. De la capital del Turia salían los finísimos hilos con los que se confeccionaban los suntuosos trajes de la Francia del XVIII. Como parte fundamental de la Ruta de la Seda (figuraba en el kilómetro 9.090 del recorrido que iba desde China hasta Occidente), Valencia exportaba desde el siglo XV gran parte de sus tejidos.

Queda poco de aquella floreciente industria que en el siglo XV daba de comer a más de la mitad de la ciudad de forma directa o indirecta. Tras su último periodo de esplendor en el siglo XVIII, la producción de la seda valenciana entró en un definitivo periodo de decadencia.

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