La noche de los Cavia

Humor y filosofía para afrontar la legislatura del caos

La clase política, económica y cultural presente en los Cavia expresa su preocupación por la inestabilidad institucional con Las Cortes recién constituidas

El brindis de los Cavia. De izquierda a derecha: Catalina Luca de Tena, presidenta-editoria de ABC, el Rey, la Reina y Gabriel Albiac, Premio Mariano de Cavia 2019 Ernesto Agudo
Manuel Marín

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Con el centenario de los Premios Cavia en mente, la celebración de su 99 edición en la Casa de ABC fue anteanoche un oasis relajante de periodismo frente al desorden caótico de la política, la incertidumbre económica y la ideologización sectaria de la cultura. ABC fue de nuevo un espacio de libertad, una apelación al « espíritu de concordia », y una página más en ese complejo y vetusto arte de «contar cosas», con el valor de la palabra como única herramienta para «ensachar y oxigenar» el debate público, tal y como se encargó de describir el Rey .

Los tres premiados, dos de ellos amigos, compañeros y hasta confidentes de este cronista incapaz de mostrarse objetivo –ni falta que hace, porque el elogio que recibieron fue unánime–, hipnotizaron con sus discursos de agradecimiento a los más de 150 invitados. Gabriel Albiac , a cuya madre debieron entregarlo al nacer con la nota adjunta «señora, ha tenido usted un señor, y además filósofo», rezumó hondura. La filosofía ebulle en su ADN y a Gabriel la elegancia dialéctica le viene de fábrica en un país que necesita pensadores. Pensadores sentimentales, como él, que nunca disfrutó tanto escribiendo –dijo– como en sus diez últimos años en estas páginas. Recordando su Tercera premiada y el desgarro emocional que le produjo conocer el atentado yihadista de Las Ramblas, Albiac emocionó con sus pausas y declamó hasta los silencios para que sus jirones del alma se percibiesen en la deconstrucción de cada palabra. Y para que cada letra de sus labios se diluyese en una atmósfera de complicidad que nos impedía pestañear mientras hablaba.

José María Nieto , Premio Mingote , comentó antes de empezar el acto que no está acostumbrado a púlpitos y tribunas. Que no sabe hablar en público. Que se impone su timidez. Que sus ratas dibujadas hablan por él como las sentencias hablan por los jueces. Mentía vilmente. Le sobran tantas tablas en el escenario como viñetas le faltan para ilustrar al lector durante décadas. En los Cavia, el aura de Mingote siempre sobrevuela la Biblioteca de este diario, pero anteanoche Nieto logró que sus personajes eternos, el humor constructivo con que Mingote impregnaba hasta las grapas, y su descarnada capacidad editorializante, se hicieran presentes como si nunca se hubiese ido. Porque en el fondo nunca se ha ido, y porque la reivindicación del humor frente a quien lo denosta se ha convertido en una tarea vital para Nieto. Y si además ha sido capaz de convertir a un animal tan inquietante como la rata en un ser entrañable, o en un icono del humor, lo conseguirá. Menudo es.

José Luis Corripio , «Pepín» para la profesión y sus amigos, recordó con orgullo sus antecedentes asturianos. Su trayectoria le delata como un incansable innovador del periodismo en aquella República Dominicana que le adoptó como patria de corazón. Allí ha prohibido a sus hijos que cierren algún periódico cuando él ya haya marchado. Desde allí ha creado una familia de 14.000 periodistas, y allí le comunicó el Jurado de los Cavia, por teléfono y a las seis y media de la mañana, hora local, su merecido logro del Premio Luca de Tena a una carrera envidiable. Atendió la llamada aún aturdido por el sueño, y pensó que se trataba de un error. Que alguien se había equivocado de número o le gastaba una broma… Para futuras ediciones y premiados, el jurado de ABC tendrá más en cuenta los husos horarios. Prometido.

El aperitivo de antesala a la Cena de los Cavia reunió en corrillos a personalidades de la política, la economía y la empresa, la cultura y la sociedad civil. Por parte del PP, Pablo Casado , José María Aznar y Ana Botella , Ana Pastor o Cayetana Álvarez de Toledo intercambiaban opiniones muy críticas con el «festival de juramentos» durante la mañana en el Congreso y el Senado. «Vengo triste», decía Casado mientras coincidían en que «no se puede confiar en Vox» por entregar la mayoría de la Mesa del Congreso a la izquierda por 6-3. «Vox pretende absorber al PP… por si alguien no se había dado cuenta».

Pocas dudas también sobre lo cuajado que tiene Pedro Sánchez su acuerdo de investidura con ERC. Carlos Herrera , junto a Mari Pau Domínguez –con éxito de su libro «La nostalgia del limonero»–, Isabel San Sebastián , Susanna Griso , Paco Robles o Ignacio Camacho comentaban que tras la entrevista del primero a Mariano Rajoy y su apoyo expreso a la estrategia de Casado, «el PP lo tiene claro: habrá oposición fuerte y nada de abstención». Lo mismo sostenía Isabel García Tejerina en conversación con Luis Ventoso : «El PP debe aprovechar la radicalidad de la política para hacerse fuerte en la moderación como dique de contención». Y al acto de jura o promesa de los diputados y senadores «solo le faltó que alguno jurase por Greta Thunberg », ironizó Pastor visiblemente molesta.

En la empresa, preocupación indisimulada ante el acuerdo de Gobierno PSOE-Podemos. Compartieron inquietudes, bajo la certeza de que la gran coalición está frustrada, Juan José Hidalgo , Antonio Garamendi , Antonio Garrigues Walker , Javier Vega de Seoane , Nemesio Fernández-Cuesta , Antonio Vázquez , Fernando Ruiz o Rodrigo Echenique , bajo la mirada de Victoria Prego , mientras Casado apelaba a una «cohesión» de la derecha que parece imposible. En otro corrillo, Nadia Calviño e Irene Lozano trataban de lanzar al Gobierno de Sánchez. «Pero meter a Podemos en Moncloa es como meter un gorila en la cama… una vez allí no es manejable», decía un comensal convencido de que España perderá mucho empleo.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida , llegaba de un día duro con la huelga de autobuses municipales en plena cumbre del clima. «Pero el Ayuntamiento ya ha cogido velocidad de crucero y no creo que nadie de algún sindicato vaya a romperle las piernas». «Las tengo aseguradas…», sonreía mientras presumía de belenes por Madrid tras la etapa Carmena.

Para desengrasar dramas políticos, hubo también cultura. Mucha. La consejera madrileña Marta Rivera de la Cruz compartió charla con Manuel Borja-Villel , y a su lado, Fernando Colomo junto a José Luis Garci , Ainhoa Arteta , Santiago Muñoz Machado , Luis Alberto de Cuenca , Mercedes Monmany o Carmen Posadas . Y Oti , eterno crítico de cine de estas páginas, como maestro de ceremonias junto a Fernando Ruiz , hacían un análisis exhaustivo a dos bandas sobre las tres horas y treinta minutos de «El irlandés». «La película dura más que una legislatura», zanjaba Joaquín Moeckel ante Ana Delgado y Catalina Luca de Tena , mientras equiparaba la técnica cinematográfica de Robert de Niro con la pureza taurómaca de Morante … División de opiniones. Natural. Pero en la discrepancia y la pluralidad vive ABC. Y seguirá haciéndolo. Lo dijo Don Felipe : «El reloj del periodismo nunca se para, y menos en esta casa».

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