Estados Unidos despide a un titán de la cultura

«Stan deja un legado extraordinario que nos sobrevivirá a todos», dice el actual presidente de Marvel Studios, Kevin Feige

Stan Lee, en el Teatro Chino de Hollywood el año pasado en el estreno de una película de Spider-man AFP

DAVID ALANDETE

Como sus personajes de ficción, en vida Stan Lee logró una gesta sobrehumana: consiguió colocar a los superhéroes de sus cómics en el centro del imaginario popular norteamericano . Tras su muerte, ocurrida ayer en un hospital de Los Ángeles a los 95 años, fue despedido por políticos, empresarios y artistas como un titán de la cultura , alguien cuya personalidad irreverente, patriótica y ambiciosa refleja a la perfección el carácter de una nación que le ha dado al mundo su actual cultura popular.

«Stan deja un legado extraordinario que nos sobrevivirá a todos», dijo el actual presidente de Marvel Studios, Kevin Feige . El empresario Elon Musk dijo que «los mundos de imaginación y placer que creó para la humanidad vivirán para siempre». «Stan Lee era alguien tan extraordinario como los personajes que creó. Era un superhéroe de pleno derecho», dijo Bob Iger , presidente de la compañía Walt Disney, que adquirió Marvel en 2009.

El ascenso de Lee en el mundo del cómic fue un periplo tan genuinamente americano como el de cualquiera de sus personajes de ficción: n ació en Nueva York en 1922 de inmigrantes rumanos ; comenzó a trabajar a los 17 años como asistente en Timely Comics, que pasaría a ser Marvel; prestó servicio militar durante la II Guerra Mundial; a su regreso creó una nueva hornada de héroes y antihéroes que se convertirían en superventas y, por ello, fue ascendido al puesto de director de Marvel Comics, hoy convertido en estudio del que era presidente emérito.

La principal decisión de Lee como escritor de cómics fue enfrentarse a la temida Autoridad del Código de Cómics , un órgano censor de facto que trataba de promover valores morales y patrióticos en los tebeos de la posguerra. Lee creía que aquel escrutinio había convertido a exitosos héroes como Superman , de la editorial DC, en personajes planos, dioses sin dilemas humanos. Sus nuevas creaciones se acercaban más al concepto de antihéroe: personas normales, con dudas morales, enfrentadas a la autoridad, a veces egoístas y siempre decentes.

«Excelsior!»

Así nació en 1962 su hijo predilecto, Spiderman , un joven patoso y confundido que acaba siendo superhéroe por puro accidente. Ese camino siguieron otras creaciones suyas, todas aquejadas de una debilidad u otra: Iron Man es un vanidoso e insufrible millonario; Hulk es alguien que no puede controlar su ira; Daredevi l se ve obligado a superar su ceguera; los X-Men son una turba de vengadores que en muchas ocasiones se enfrenta al Gobierno de EE.UU. para tomarse la justicia por su cuenta.

Lee, padre orgulloso de sus criaturas, apareció en cientos de cameos en las adaptaciones de sus creaciones al cine, desde Spiderman a Los Vengadores. La última en estrenarse es «Venom» , uno de los éxitos de la taquilla del año. En ella interpreta a un repartidor de leche que descubre la identidad secreta del protagonista, portador de un extraterrestre que le convierte en una máquina de matar.

Muchos seguidores de Marvel despiden en redes sociales a Lee con la expresión «Excelsior!» , con la que este solía firmar una serie de tribunas publicadas por Marvel. Es también el lema del estado de Nueva York, en el que nació. Y así tituló su autobiografía , publicada en 2002. De toda su obra, tal vez la frase más recordada sea una de Spiderman, y que resume toda la filosofía de su creación: «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad».

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