España rinde homenaje a Hugh Thomas, «un historiador en régimen de estricta libertad»
Casa de América acoge un acto en honor del hispanista, fallecido en mayo de este año
Con 12 años, Hugh Thomas escribió una historia de Gran Bretaña . Le gustaba ya entonces contar historias y lo hacía con pasión. Pero, sofocado por la vida en las islas, aquella sería su única obra sobre su tierra natal. «Mi padre era desafiante y provocativo, en el buen sentido. Su revisión elogiosa sobre el Imperio español fue, a su modo, una pequeña rebelión contra su entorno inglés», recordó este jueves Isabella Thomas , hija del hispanista, fallecido hace seis meses, durante el homenaje que celebró la Secretaría de Estado de Cultura en Casa de América . Europeísta, enamorado de España y crítico con los nacionalistas excluyentes, Hugh Thomas hubiera quedado «horrorizado», según su hija, con la «triste situación» que se vive en Cataluña.
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Nacido en 1931, a Hugh Thomas no le gustaba que le designaran hispanista, porque sus raíces aquí eran ya profundas; pero con su revolucionaria obra sobre la Guerra Civil , escrita en 1961, abrió la puerta a una generación de historiadores extranjeros, la mayoría anglosajones, que han escudriñado el pasado de España con una visión equilibrada y limpia. «Le debemos la primera obra imparcial de la Guerra Civil, donde no se habla de vencedores y vencidos. España está en deuda con este científico del pasado», aseguró Fernando Benzo, secretario de Estado de Cultura, en un acto al que también asistió el ministro Íñigo Méndez de Vigo .
La Historia no se acaba
«Cuando mi padre [el hijo de Gregorio Marañón ] escuchó que quería escribir una historia de la Guerra Civil le dijo que era una mala idea», rememoró Tom Burns Marañón , ensayista y buen amigo de Thomas. Estimaba que nadie querría hablar del tema y nadie lo aceptaría. Se equivocaba. Aquel libro cambiaría su obra y le sumergiría en la vida pública española. «Él creía que, tanto en España como en el Reino Unido , cada generación y sus políticos deben aprender las lecciones de la anterior, porque la historia no acaba nunca. Hugh nos habría dicho que las tensiones, como las de Cataluña, no se terminan a menos que se asimilen las lecciones».
De la Guerra Civil saltó, sin temor, a otros periodos históricos del pasado español. «No quería volverse un experto forense sobre guerras civiles», advierte su hija. Su célebre obra « La conquista de América » (1993) quitó las telarañas a la forma de ver la España imperial en el extranjero. «No era un historiador al uso. Lo que más admiraba de él es cómo podía pasar de un tema tan complejo a otro periodo», sintetiza la historiadora Enriqueta Vila Villar .
Uno de los hispanistas que siguieron su estela, John Elliott , destacó sobre su compatriota que fuera a contracorriente de las tendencias historiográficas, que se centran hoy más en el análisis que en la narración. «El gran público acogió mejor su estilo que los académicos porque era un narrador supremo, un gran descriptor de lugares. Escribió una épica del coraje y la crueldad de los españoles». En este sentido, el escritor y colaborador de ABC Jorge Edwards quiso añadir en su intervención a todas estas virtudes sobre la obra de Thomas su «inteligencia, sentido del humor y equilibrio entre visiones».
Una prolífera carrera como historiador que compatibilizó con sus trabajos en prensa. Ramón Pérez-Maura , adjunto al director de ABC, se encargó de editar durante los últimos doce años las Terceras del hispanista en este diario. Thomas, «un historiador en régimen de estricta libertad», comenzó a colaborar con ABC en plena Transición y lo hizo con regularidad desde 2005. «En sus últimos artículos se sentía apesadumbrado por la ruptura de su país con la UE, una unión por la que había luchado. Su memoria nos debe animar a defender su visión cosmopolita del mundo », resaltó Pérez-Maura, moderador de una de las mesas en Casa de América.
