Don Felipe ha optado por preservar el carácter institucional de un acto con el que llevaba años soñando: el primer discurso de su hija la Princesa de Asturias , en el mismo lugar y a la misma edad que tenía él cuando pronunció sus primeras palabras en público. Él sabe como nadie que transcurridos unos años, todo el mundo se acordará del estreno de Leonor, y ha preferido que estos recuerdos vayan vinculados a una reflexión noble y profunda sobre lo que significa servir a los españoles.
Por ello, tras elogiar a los premiados, el Rey se dirigió a su hija con un «querida Leonor» y le transmitió las siguientes palabras: «La obligación de servir a España y a los españoles debe ser el mayor orgullo y el máximo honor que puedas alcanzar. Tu deber será actuar siempre con el ánimo esperanzado, con coraje y con valentía; creciendo en responsabilidad, en bondad, y en ejemplaridad».
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