Francisco Martín, consejero de Turismo
Francisco Martín, consejero de Turismo - ABC

El consejero de Turismo de Cantabria dice que subastar las entradas de Altamira era «solo una idea personal»

A pesar de la polémica insiste en que hay que reabrir el debate para cambiar el sistema de entradas actual, sujeto a los científicos y al cuidado de la cueva

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El consejero de Turismo de Cantabria, Francisco Martín, que planteó la subasta de entradas a la cueva de Altamira como una posibilidad para explotar turísticamente la «Capilla Sixtina» del arte paleolítico, ha viso cómo la polémica suscitada por la peregrina idea le ha golpeado como un boomerang sin control. Tal vez por bisoñez o por encontrar una salida a una polémica absurda, el consejero Martín aseguró esta mañana que «hay un mundo» entre la idea que él planteo en torno a la subasta de entradas de la cueva de Altamira y el debate que se ha generado a raíz de su propuesta.

Lo cierto es que en la entrevista con «El Diario Montañés» decía lo que decía. Pero hoy trataba de controlar los daños de una polémica que ha afectado a la credibilidad del Gobierno cántabro, puesto que fuentes políticas interpretaron el asunto como un globo sonda de un proyecto visado por el presidente Miguel Ángel Revilla.

El consejero afirma que no hay tal. Que era una simple idea expresada espontáneamente y que no se va a convertir en un proyecto en el Consejo de Gobierno, máxime cuando a la postre el propio Revilla, además del consejero de Cultura, han rechazado la propuesta.

«Entre la idea, tal y como se concibió, y lo que luego se ha debatido a nivel público hay un mundo», ha defendido Martín. Dice que propuso subastar internacionalmente solo «dos» entradas a la cueva original, para generar así«un poquito de marketing turístico», insistiendo otra vez en la peor idea (expresada en ese diminutivo del par de entradas) que cualquier gobernante ha tenido en décadas respecto a la cueva.

Por eso se ha enrocado Martín en que todo fue una «idea personal». Ahora bien, acepta el criterio de: «El presidente siempre tiene razón». «Si el presidente entiende que (la idea) no es adecuada, no es adecuada y punto», ha zanjado. «Él (Revilla) siempre tiene razón», ha reiterado el consejero de Turismo, que ha apuntado que la propuesta no se planteará al Consejo de Gobierno. «No hace ni falta», ha concluido.

En efecto, fuentes políticas que han seguido el caso están de acuerdo con el consejero al menos en esto: en que «no hace falta perder el tiempo con ideas peregrinas cuando tenemos todo un equipo científico estudiando al milímetro la cueva y una copia para que todo el mundo pueda disfrutar de la gran obra del arte rupestre». Un arqueólogo consultado por este periódico pide que la única manera de que se de cuenta de lo mala idea que es es que se proponga formalmente para que se responda con la contundencia que merece. Otro colega científico se lamenta de que «los políticos siguen pensando que pueden plantear ideas sin conocer informes técnicos, lo que muestra una imprudencia terrible entre nuestros gobernantes, cuando manejan tanto los bienes públicos, incluso el patrimonio cultural, como el presupuesto público».

En un último volatín, Martín, dijo ayer que ya no hace falta hacer «marketing» con las entradas subastadas para mejorar el turismo regional, pues se ha estado hablando durante «tres días» de Altamira a nivel nacional. «Objetivo cumplido», ha apostillado este político sin despeinarse.

De hecho, a renglón seguido afirmó a Europa Press que, de todas formas, sería «sano» reabrir el debate en torno a las visitas a Altamira, y plantear si los cinco accesos semanales permitidos en la actualidad se deben sortear en «la entrada» a la cueva (el sorteo se realiza entre quienes visitan los viernes el Museo y la Neocueva anexos a la cavidad original) o se podrían sortear, por ejemplo, «dos meses antes» y «por Internet», y que «todo el mundo» pudiera optar.

¿Recuerdan que pidió entrar con escafandra o por un túnel como en los grandes acuarios, que dijo que se podría pagar mucho dinero por una entrada y que sería bueno que viniera Bill Gates a visitar los Bisontes? La idea ha dado lugar a chanzas durante dos días y hay quien piensa que si el pintor de las cuevas hubiera estado en activo habría quedado petrificado, seguramente.

Entre las fuentes consultadas hay quien piensa que el consejero insiste en sus trece para probar la paciencia de Revilla. Martín dice que le pagan por tener ideas y no pasa nada si no son adecuadas. ¿Seguro que funciona así? Para algunos observadores atónitos se puede interrogar sobre si hay algunas ideas que merecen un sueldo de consejero, y actitudes hacia el patrimonio cultural fuera de la prudencia debida que se plantean de un modo que también resulta difícilmente compatible con un cargo regional de tanta importancia.

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