La Casa de ABC, pasarela con tradición de vanguardia

La Reina conoce muy bien la historia de ABC, en cuyas páginas escribió cuando aún ejercía el periodismo. Sabe que este periódico centenario ha conjugado siempre la tradición con la vanguardia, igual que la Corona, y ha sido el primero en incorporar los adelantos tecnológicos y las nuevas corrientes culturales. Por ello la noche del pasado martes Doña Letizia hizo un guiño a ABC y acudió a la Cena de los Cavia con su imagen más moderna de los últimos tiempos.

El estilismo de la Reina -vestido, maquillaje y peinado- no pasó inadvertido para nadie y, en cuanto se difundieron las primeras imágenes de la entrega de los premios, todos los medios de la competencia las reprodujeron con largos artículos, comentarios y las habituales comparaciones.

Hasta la prensa extranjera

Incluso la prensa extranjera dedicó llamativos espacios al vestido, peinado y maquillaje de Don Letizia. La respuesta mediática a la última imagen de la Reina sólo es comparable a la que se produjo en abril de 2015, cuando Doña Letizia apareció en otra entrega de premios con un corte de pelo radical que inspiró infinidad de reportajes.

Algunos medios criticaron ayer a la Reina porque, en su opinión, el pasado martes debería haber acudido a la Casa de ABC con un vestido largo. Pero se equivocan, la etiqueta recomendada para la cena de los Cavia es bien clara: esmoquin para los señores y vestido corto para las señoras, y tanto Don Felipe como Doña Letizia se ajustaron a la perfección.

Moda española

Una vez más, la Reina estrenó un vestido en la entrega de los Premios Mariano de Cavia, Luca de Tena y Mingote, que son los galardones más prestigiosos y con más solera del periodismo en español. En esta ocasión, era un modelo de la colección Resort 2017 de Nina Ricci, marca que en 1998 fue adquirida por la multinacional española Puig, propietaria también de Carolina Herrera y de Hugo Boss, dos de los diseñadores favoritas de la Reina. Y es que Doña Letizia es consciente de que ella es la mejor embajadora de la moda española y no pierde ocasión para ayudar a promocionarla.

En concreto, el modelo que lució el pasado martes consistía en un vestido entallado de corte midi, con «paillettes» multicolores, cinturón, manga larga (hiperlarga, como es tendencia), de rayas verticales y con «rotos» en la espalda y los codos que dejaban ver la piel.

Doña Letizia acompañó el llamativo vestido con un peinado aún más impactante, al lucir su melena lisa peinada hacia atrás con un ligero tupé y efecto mojado, inspirado en la moda de los años setenta y ochenta. También llamó la atención su maquillaje, más intenso de lo habitual, que resaltaba sus ojos ahumados con tonos violeta. Completaban el conjunto unos zapatos de salón de charol de color negro de Magrit, una cartera de mano con tachuelas del mismo color, diseño de Burberry, y unos sencillos pendientes.

Corrillos con los invitados

La del pasado martes fue la octava vez en que Don Felipe presidía la cena de los Cavia. Las cinco primeras cuando aún era Príncipe de Asturias y las tres últimas como Rey. Desde que contrajo matrimonio, Doña Letizia siempre le ha acompañado a la Casa de ABC. Cuando los Reyes llegaron el pasado martes a la sede del periódico estuvieron departiendo en corrillos con los alrededor de 200 invitados, procedentes del mundo de la cultura, el periodismo, la política y la empresa.

Tras el aperitivo, que se sirvió en el salón del Patio Andaluz, Don Felipe y Doña Letizia pasaron a la Biblioteca del periódico, donde las mesas para la cena estaban bautizadas con los nombres de algunos de los galardonados en las 96 ediciones de estos premios. Los Reyes ocuparon la mesa presidencial, llamada Mariano de Cavia. Tras los discursos y la entrega de los tres galardones, el Rey pronunció unas palabras y se sirvió la cena: crema de calabaza, perdiz roja y biscuit de limón. Cuando finalizó, la presidenta-editora de ABC, Catalina Luca de Tena, cerró el acto con un brindis «¡Por el Rey!». Ramón Pérez-Maura, adjunto al director, añadió un «¡Viva España!», y Don Felipe se giró y le comentó: «Muy bien, Ramón».