Wiston Churchill supervisando los daños de un bombardeo en plena Segunda Guerra Mundial
Wiston Churchill supervisando los daños de un bombardeo en plena Segunda Guerra Mundial

La sangre de Winston Churchill, a subasta

Se trata de una muestra intacta que le sacó una enfermera durante su ingreso en un hospital londinense cuando se fracturó la cadera en 1962

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«No tengo nada que ofrecer salvo sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor». La frase de Wiston Churchill ha resultado ser de lo más acertada puesto que una casa de subastas inglesas subastará el mes que viene, precisamente eso, sangre del primer ministro británico.

La muestra fue tomada en el verano de 1962. Churchill estaba de vacaciones en Montecarlo, pero se cayó de la cama y se fracturó la cadera. Entonces fue trasladado hasta un hospital londinense y allí una enfermera, Patricia Fitzgibbon, le sacó una sangre que nunca se utilizó. Cuando se preparó el vial para ser desechado, la enfermera solicitó que se preservara. El primer ministro moría tres años más tarde, en 1965, pero la enfermera se quedó con el vial hasta su propia muerte, cuando se la regaló a un amigo que ahora ha decidido venderla en el cincuenta aniversario de su muerte.

El portavoz de la casa de subastas, Amy Brenan, ha afirmado que la muestra está intacta y que en la etiqueta se lee claramente «Sir Winston S. Churchill». No obstante, de acuerdo con unas declaraciones suyas al The Whastington Post, el interior no se ha preservado tan bien: «Hay que pensar que tiene cincuenta o sesenta años. La sangre se ha convertido en una pequeña mancha de color naranja».

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