Las seis noticias científicas más curiosas de la semana

La gran explosión que veremos en el cielo en 2022, la formación de la Luna y cómo lograr ratones feroces, entre ellas

MADRID Actualizado: Guardar
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  1. La explosión que cambiará el cielo en 2022

    Dentro de cinco años, en 2022, se producirá en el cielo una explosión que será perfectamente visible desde la Tierra, sin necesidad de utilizar telescopio alguno. Según Larry Molnar, del Calvin College (Michigan, EE.UU.), «será algo nunca visto hasta ahora». La causa es la fusión de un sistema binario (dos estrellas que orbitan una alrededor de la otra). En ese momento, la estrella resultante aumentará espectacularmente su brillo y se convertirá, durante un tiempo, en el objeto más brillante del firmamento. Será visible como parte de la constelación del Cisne, y añadirá un nuevo y brillante punto de luz a las estrellas que forman la Cruz del Norte.

  2. Veinte lunitas formaron la Luna

    La Luna se formó por una serie de impactos (al menos veinte) de distintos objetos contra la Tierra que ocurrieron durante muchos millones de años, según una teoría propuesta por científicos del Instituto Weizmann de Ciencias (Israel) que contradice la hipótesis más aceptada de un único y colosal impacto. Las lunitas resultantes de cada golpe migraron y terminaron finalmente dando origen a nuestro satélite natural.

    El motivo por el que la explicación de Theia no satisface a los autores del estudio es la composición de la Luna, que tiene una firma isotópica muy parecida a la de la Tierra. Esto, simplemente, no debería ser así. Lo esperable, en el caso de un único choque gigante, es que el cuerpo resultante fuera una mezcla del impactador y la Tierra.

    Sin embargo, en sus simulaciones, los investigadores vieron que los impactos produjeron discos de escombros, muchos de los cuales estaban compuestos en su mayor parte por material terrestre, no del impactador.

  3. El agujero negro dispara proyectiles como planetas

    En el corazón de nuestra galaxia, la Vía Láctea, existe un agujero negro llamado Sagitario A*, cuya masa equivale a la de cuatro millones de soles. Cada pocos miles de años, una estrella deambula demasiado cerca del mismo y acaba desgarrada, disparando centenares de proyectiles de gas del tamaño de planetas a través de la galaxia. Eden Girma, investigadora de la Universidad de Harvard, y su equipo han desarrollado un código de ordenador para conocer qué ocurre con estos enormes proyectiles. Saben dónde van parar y cuánto se acercan a la Tierra.

  4. Convierten ratones en «máquinas de matar»

    Investigadores de la Universidad de Yale han encontrado el interruptor de la caza en el cerebro de los ratones, de forma que pueden hacer que unos sufridos roedores se conviertan en feroces depredadores. Ese interruptor de la caza, según el estudio, estaría situado en la amígdala, una estructura cerebral implicada en las emociones y la respuesta de lucha o huida. En el centro de esta estructura con forma de almendra hay dos grupos de neuronas. Una induce a perseguir a las presas y saltar sobre ellas. El segundo permite utilizar los músculos de la mandíbula y del cuello para morder y matar.

  5. El mono lascivo al que le gustan las ciervas

    En 2014 una investigación que mostraba cómo los lobos marinos coaccionaban a unos pingüinos rey en la Antártida para mantener relaciones sexuales fue noticia en todo el mundo, ya que era la primera vez que se documentaba semejante comportamiento entre especies no relacionadas. Sin embargo, parece que ese no es el único asalto sexual entre especies que ocurre en la naturaleza. Científicos de la Universidad de Estrasburgo en Francia han observado en la isla japonesa de Yakushima una relación poco convencional entre un macho de macaco japonés (también conocido como mono de la nieve) y una hembra de ciervo sica. Según publica la revista «Primates», el comportamiento sexual en cuestión se observó en noviembre de 2015 durante la época de cría del macaco. Un adulto sano intentó copular con al menos dos hembras diferentes de ciervo montando sobre sus partes traseras.

  6. El nudo más apretado jamás atado

    Un grupo de científicos británicos ha creado la estructura física más fuertemente anudada conocida, un logro científico que puede ayudar a desarrollar una nueva generación de materiales avanzados más fuertes y ligeros.

    El equipo ha desarrollado una manera de trenzar varios hilos moleculares que permiten nudos más apretados y complejos de lo que había sido sido posible anteriormente. Este nudo en particular tiene ocho cruces en un bucle cerrado de 192 átomos, el cual tiene unos 20 nanómetros de largo (es decir, 20 millonésimas de milímetro).

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