La fuerza que se puede ejercer con el tren superior depende en gran parte del agarre del tren inferior en el suelo
La fuerza que se puede ejercer con el tren superior depende en gran parte del agarre del tren inferior en el suelo - FOTOLIA

El secreto de los mejores luchadores está en los pies

La forma de los pies humanos tienen un motivo: nos permite hacer más fuerza y combatir de forma más eficaz

MADRID Actualizado: Guardar
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Recientes estudios han concluido que la forma de caminar de los humanos, apoyando el talón en el suelo y luego impulsándose con el dedo gordo, permite optimizar el impulso y alcanzar resultados propios de piernas más largas. Esta es una de las muchas investigaciones que los científicos han llevado a cabo para entender por qué los hombres tienen una forma tan peculiar de caminar y de permanecer de pie, y que es única en la naturaleza. El resto de primates tienen en general un «pie» totalmente distinto y es frecuente que muchos animales que caminan se apoyen en las amohadillas delanteras (esta es la parte situada entre los dedos y la palma o planta).

Un estudio publicado este miércoles en la revista « Biology Open» ha descubierto el que puede ser otro motivo para la peculiar forma de los pies humanos.

De acuerdo con las conclusiones obtenidas por investigadores de Universidad de Utah, caminar sobre los talones y permanecer en pie sobre la planta del pie, y no las almohadillas, es una ventaja para la lucha, porque permite hacer más fuerza con el cuerpo. Eso apoyaría la hipótesis según la cual en el pasado, la agresión y la lucha fueron importantes en la evolución humana.

«Los corredores de maratón no tienen cuerpo de luchadores, ni tampoco de velocistas. De igual forma, si la agresión realmente fue importante en nuestro pasado, debemos poder ver sus huellas en nuestra anatomía», ha explicado David Carrier, primer autor del estudio.

Pero, ¿por qué iba a ser tan importante la lucha como para cambiar la anatomía humana? En opinión de este investigador, la competencia por los recursos y por las parejas podrían tener el suficiente peso. Sostiene que en esas circunstancias tanto el sistema cardiovascular como el músculo-esquelético podrían desarrollar rasgos específicamente relacionados con la lucha. (Aquí, puedes ver un vídeo donde Carrier habla de la posible importancia de la lucha en la evolución humana).

¿Qué pasa en el resto de animales? La mayoría de especies de mamíferos, incluyendo a casi todos los primates, permanecen de pie, caminan y corren con los talones por encima del suelo (como se puede ver, por ejemplo, en el talón de los perros). Ese rasgo tiene dos ventajas inmediatas: por una parte alarga los miembros y permite aumentar la velocidad, y por otra facilita aprovechar la elasticidad del miembro y, por ello, hacer el movimiento más económico.

El «talón» está elevado en peros y gatos (izquierda) y posado en el suelo en humanos (derecha)
El «talón» está elevado en peros y gatos (izquierda) y posado en el suelo en humanos (derecha)

Pero hay animales, como algunos roedores, los grandes simios, los osos o los glotones, que no están especializados en correr. En lugar de tener el talón tan arriba, en su caso está pegado al suelo (por eso se les llama plantígrados, y se les distingue de los que son digitígrados y ungulígrados).

La hipótesis más aceptada sostiene que los simios son plantígrados a causa de su vida ligada a los árboles: esta favoreció que usaran sus pies a modo de manos para agarrarse a las ramas, y que por eso los miembros inferiores se hicieran plantígrados.

Pero David Carrier y el investigador de la Universidad de Georgia (Estados Unidos) Christopher Cunningham tienen una idea distinta: según ellos, ser plantígrado es una ventaja porque permite incrementar el agarre y la fuerza rotacional que se puede ejercer con el cuerpo.

La cantidad de fuerza que se puede ejercer sobre el péndulo, como el usado en los experimentos, depende del agarre que se tenga sobre el suelo
La cantidad de fuerza que se puede ejercer sobre el péndulo, como el usado en los experimentos, depende del agarre que se tenga sobre el suelo - Credit David Carrier/University of Utah

Para comprobar esta idea, Carrier y Cunningham le pidieron a 12 voluntarios mantenerse de pie en una plataforma y empujar un pesado péndulo. En una ocasión de puntillas y la otra con los talones apoyados en el suelo, y a veces con un pie y otras con dos. Además, los voluntarios tuvieron que empujar el péndulo en muchas direcciones distintas. Para añadir más complejidad, hicieron que en ocasiones estas personas empujaran el péndulo enfundados en unos calcetines sobre una superficie resbaladiza.

Gracias a esto, los investigadores obtuvieron pruebas de que la fuerza ejercida era mayor si la postura era plantígrada y no digitígrada, lo que apoya la hipótesis de que esta postura es más ventajosa para la lucha.

Sin embargo, Carrier ha recalcado que la lucha no es el único comportamiento que le dio forma a los pies, sino que este es un factor más que hay que tener en cuenta.

«Ciertas especies suelen ser buenas luchando o huyendo, pero no en ambas cosas», ha explicado Emily Carrington, miembro de la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos, organismo que ha financiado la investigación de Carrier. «Los animales que son capaces de plantar sus talones firmenente en el suelo, como los osos, los tejones y los grandes simios, son capaces de golpear con más fuerza a sus oponentes». Por eso, Carrington ha sugerido que la forma de los pies es una de los rasgos anatómicos que aumenta nuestro rendimiento en la lucha».

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