La sonda Philae, en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko
La sonda Philae, en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko - ESA

Philae afronta la hibernación eterna en el cometa 67P

Los investigadores reconocen que es muy poco probable que el aterrizador sea recuperado

MADRID Actualizado: Guardar
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La sonda Philae, el primer ingenio humano que logró posarse sobre un cometa, en concreto el 67P/Churyumov-Gerasimenko, permanece en silencio desde hace siete meses enfrentándose a las duras condiciones de la roca. Los investigadores reconocen que es muy poco probable que se recupere.

Rosetta, la nave que le llevó hasta allí, continúa sus investigaciones científicas en la órbita del cometa hasta septiembre antes de su propio aterrizaje final. Lleva meses combinando su actividad científica con trayectorias optimizadas para escuchar señales de Philae. Sin embargo, el módulo de aterrizaje se ha mantenido en silencio desde el 9 de julio de 2015.

«Las posibilidades de Philae para contactar con nuestro equipo del centro de control del módulo de aterrizaje están lamentablemente acercándose a cero», dice Stephan Ulamec, director del proyecto Philae en el Centro Aeroespacial Alemán, DLR.

«Nosotros no estamos enviando más comandos y sería muy sorprendente si recibiéramos una señal de nuevo».

Ingenieros y científicos han llevado a cabo extensas investigaciones para tratar de comprender el estado del módulo de aterrizaje, reuniendo pistas, ya que completó su primer conjunto de actividades científicas después de su histórico y accidentado aterrizaje el 12 de noviembre de 2014, que hizo rebotar al aterrizador hasta un lugar con poca luz solar, lo que provocó que las baterías se agotasen.

Incluso después de esta incidencia, el módulo de aterrizaje todavía fue capaz de hacer una impresionante gama de mediciones científicas. Alrededor del 80% de sus actividades científicas previstas iniciales se completaron, una vez que se pudo adaptar los instrumentos a la nueva situación.

Compuestos orgánicos

En las 64 horas siguientes a su separación de Rosetta, Philae tomó imágenes detalladas del cometa desde arriba, y en la superficie, olfateó compuestos orgánicos, y perfiló las propiedades del entorno y de la superficie del cometa, proporcionando ideas revolucionarias sobre este fascinante mundo.

Luego entró en hibernación, hasta que la luz solar aumentó por el acercamiento del cometa al Sol y permitió una recarga de baterías y el envío de la señal a la Tierra el 13 de junio de 2015. Hasta el 9 de julio, se repitieron los contactos, pero eran muy cortos e inestables, por lo que no se pudo aprovechar para recibir nuevos datos científicos.

En los últimos meses, el cometa ha ido alejándose del Sol, ha perdido condiciones de iluminación, junto a una bajada de temperatura que hacen cada vez más difícil una reanimación del aterrizador, que afronta una hibernación eterna.

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