El cometa que origina esta lluvia de estrellas es un enorme cuerpo de 26 kilómetros que una vez fue consdierado como una amenaza para el planeta
El cometa que origina esta lluvia de estrellas es un enorme cuerpo de 26 kilómetros que una vez fue consdierado como una amenaza para el planeta - ABC

Perseidas¿Puede la lluvia de estrellas de las Perseidas impactar contra el suelo?

Los meteoros de esta noche son del tamaño de granos de arena y no habrá fragmentos mayores capaces de llegar a Tierra y convertirse en meteoritos

MADRID Actualizado: Guardar
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Esta noche, las Perseidas se convertirán en un bonito espectáculo en el que cualquier persona que tenga la suerte de estar lejos de las ciudades ( dónde ver las Perseidas aquí), podrá ver el cielo brillar con una intensa lluvia de estrellas. Los restos de polvo del cometa Swift-Tuttle entrarán en la atmósfera y formarán brillantes y efímeras estelas: son los llamados meteoros.

Aunque el cometa Swift-Tuttle es aún mayor que el asteroide que acabó con los dinosaurios, y alcanza los 26 kilómetros de longitud, por suerte solo deja un rastro de pequeñas partículas que apenas alcanzan el milímetro. Aparte de los cálculos que le situaron como un posible cometa causante del fin del mundo en 2126, parece un cuerpo inofensivo: sus restos solo forman bonitas estelas de luz.

Es infrecuente, pero es posible que algunos de estos residuos sean mayores. Es entonces cuando en vez de meteoros se observan bólidos: intensas explosiones de luz que a veces pueden hacer ruido. En otras ocasiones, cuando estos restos miden 10 o 15 centímetros, es posible incluso que los fragmentos choquen contra la superficie, lo que los sitúa en la categoría de los meteoritos.

En el caso de las Perseidas, el experto en meteoritos de la NASA Bill Cooke ha explicado en Space.com que esta noche no ocurrirá algo así. «Las Perseidas son muy frágiles, están hechas de hielo y polvo. No son tan fuertes como para sobrevivir a su entrada a la atmósfera, a unos 212.000 kilómetros por hora».

Por eso, las Perseidas «nunca» producen meteoritos, y quedan vaporizadas en la atmósfera, a unos 80 kilómetros de altura.

Variedad de meteoros

La mayoría de los meteoros que son visibles se ven alrededor de los 96 kilómetros de altura, y viajan a velocidades de 48.000 kilómetros por hora. Cuando llegan a la atmósfera, el rozamiento les calienta tanto que pueden superar los 1.600 grados centígrados.

Pero el tamaño de la partícula, el ángulo de entrada y la composición del fragmento influyen en cómo será el meteoro. Los meteoroides (se llaman así a los meteoros antes de que lleguen a la atmósfera) que llegan en un ángulo más oblicuo sufren más rozamiento y los que están hechos de hierro son más resistentes que los rocosos. Su composición también influye en el color del brillo.

En el caso de que una partícula llegue e la superficie, creará un cráter que podrá ser 12 o 20 veces superior a su tamaño, tal como informa Space.com. La Tierra ya tiene en su superficie una buena colección de impactos: el mayor de todos ellos, fue resultado de la mayor explosión registrada en el planeta; el impacto fue dos veces superior al que causó la extinción de los dinosaurios.

A veces también es posible que los meteoritos estallen en la atmósfera y causen una lluvia de fragmentos menores que devasten una amplia zona. Algo así pasó el 30 de junio de 1908 en Siberia, en el lamado evento Tunguska, cuando una zona del bosque ardió, aparecieron vientos calientes y se rompieron las ventanas de pueblos cercanos. También pasó algo similar en 2013, cuando un meteorito explotó en Chelyabinsk, Rusia.

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