La indestructible criatura que puede sobrevivir a una picadora (y multiplicarse)

La humilde hidra es uno de los animales más resistentes que existen. Estos pequeñas criaturas de agua dulce con tentáculos, cuerpo cilíndrico y apenas unos milímetros de longitud pueden ser literalmente trituradas y, aunque parezca increíble, sobrevivir. Es más, de cada trozo volverá a crecer un nuevo ser completamente sano. ¿Cómo lo hacen?

Un estudio publicado este martes en Cell Reports sugiere que los trozos de la indestructible hidra tienen una memoria estructural que les ayuda a dar forma a su nuevo plan corporal de acuerdo con el patrón heredado por el «esqueleto» del animal. Anteriormente, los científicos pensaban que sólo las señales químicas decían a la hidra dónde debía formar su cabeza o sus patas.

Durante la regeneración, las hidras utilizan una red de fibras de proteína resistente y fibrosa llamada citoesqueleto, para alinear sus células.

Cuando las piezas se cortan o se arrancan, el patrón del citoesqueleto sobrevive y se convierte en parte del nuevo animal. El patrón genera una pequeña pero potente cantidad de fuerza mecánica que muestra a las células dónde alinearse. Esta fuerza mecánica puede servir como una forma de «memoria» que almacena información sobre la disposición del cuerpo de los animales. «Hay que pensar en ella como parte del proceso de definición del patrón y no sólo un resultado», dice el autor principal del estudio, el biofísico Kineret Keren, del Instituto de Tecnología de Israel- Technion.

Dos cabezas

Cuando las piezas de la hidra comienzan el proceso de regeneración, los restos se doblan en pequeñas bolas, y el citoesqueleto tiene que encontrar un equilibrio entre el mantenimiento de su antigua forma y la adaptación a las nuevas condiciones. «Si se toma una tira o un fragmento y se convierte en una esfera, las fibras tienen que cambiar o estirarse mucho para hacer eso», explica Keren. Sin embargo, algunas porciones retienen su patrón. A medida que la pequeña bola de tejido de hidra se extiende en un tubo y crece una boca con tentáculos, las nuevas partes del cuerpo siguen el modelo establecido por el citoesqueleto en los fragmentos de la hidra originales.

La estructura principal del citoesqueleto de una hidra adulta es una matriz de fibras alineadas que se extienden a todo el organismo. La manipulación del citoesqueleto es suficiente para interrumpir la formación de nuevas hidras. «En muchos sentidos, el citoesqueleto es como un sistema de cables en tensión que ayuda a la hidra a mantener su forma y función», explican los investigadores. En un experimento, los investigadores cortaron la hidra original en anillos, que se plegaron en bolas que contenían múltiples fibras alineadas. Esas piezas en forma de anillo se convirtieron en hidras de dos cabezas. Sin embargo, anclar los anillos de la hidra a fibras rígidas resultó en hidras sanas de una cabeza, lo que sugiere que evaluaciones mecánicas promueven el orden en el animal en desarrollo.

Las hidras son mucho más simples que la mayoría de sus primos en el reino animal, pero el patrón básico del citoesqueleto de fibras alineadas es común en muchos órganos, incluyendo los músculos humanos, el corazón y las tripas. El estudio de la regeneración de la hidra puede conducir a una mejor comprensión de cómo se forman los tejidos y órganos en otras especies. «El citoesqueleto de actomiosina es el principal generador del cuerpo en todo el reino animal» dice Keren. «Esto es muy universal».

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