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Una estrella fugaz cruza el cielo sobre Salgotarjan (Hungría), en 2013 - EFE/Peter Komka
Lágrimas de San Lorenzo

¿Es peligrosa la lluvia de estrellas fugaces?

Los meteoros dejan estelas peristentes en el cielo, pero algunos de ellos, además, pueden explotar y provocar un gran estruendo o llegar a impactar contra la superficie

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El año 2015 será especialmente bueno para observar las Perseidas, gracias a que la Luna «no molestará demasiado». El motivo es que el satélite no aparecerá en el cielo hasta las 5.20 de la mañana y, cuando lo haga, estará en fase menguante, por lo que mostrará una superficie iluminada muy pequeña. De hecho, en solo dos días se producirá la llamada Luna nueva, un estado en que el satélite se mostrará totalmente oscurecido.

Gracias a esto se podrá observar uno de los acontecimientos más sorprendentes que tienen lugar en el firmamento, una de las llamadas «lluvias de estrellas fugaces» o lluvia de meteoros. Se trata de «Las Perseidas» durante la noche del 12 al 13 de agosto.

Se trata de la primera lluvia de meteoros de la que se tiene constancia, según se lee en las crónicas chinas de tiempos próximos a Jesucristo, concretamente del año 36, aunque hasta 1835, no se supo, que esta lluvia era cíclica y que se repetía todos los años.

Meteoros a 60 kilómetros por segundo

El fenómeno ocurre gracias a las estrellas fugaces o meteoros, unos pequeños trozos de rocas del tamaño de un grano de arena o de un grano de arroz, en el mayor de los casos, que chocan a tanta velocidad contra nuestra atmósfera, a una media de 60 km/s, que el roce con ella, provoca que las veamos como destellos luminosos en el cielo.

¿Pero podrían llegar a impactar contra la superficie? Normalmente no, ya que se desintegran a unos 100 km de altura, en ocasiones dejando grandes estelas persistentes, y en ocasiones incluso podemos oír un silbido (bólidos). A veces, se han visto estrellas fugaces tan brillantes como nuestra Luna llena, que iluminan el suelo (bola de fuego).

¿Por qué viajan tan rápido?

Los meteoros de las Perseidas viajan a una velocidad de 56 km/s, hay otras lluvias cuyos meteoros van a 71 km/s otras a poco más de 40 km/s. Las velocidades de los objetos celestes en el espacio, suelen ser muy altas, por ejemplo, la Tierra viaja a 30 km/s alrededor del Sol, el Sol a su vez va a una velocidad de 220 km/s alrededor de nuestra Galaxia la Vía Láctea, empleando 250 millones de años en dar una vuelta. Cualquier pequeño objeto que impacte con la atmósfera de la Tierra a estas velocidades, se reducirá a cenizas.

Estas partículas procedentes de los cometas (y de otros astros del Sistema Solar), cuando viajan por el espacio, se denominan «meteoroides», una vez que entran en nuestra atmósfera y se hacen visibles como un destello o trazo luminoso en el cielo, se les da el nombre de «meteoros» o «estrellas fugaces», si fueran más brillantes que el planeta Venus (-4,0 magnitud) y emitieran algún silbido o sonido mientras entran en la atmósfera, se les denominarían «bólidos».

Estos tienen una masa superior a 10 gramos y son los responsables de dejar estelas en el cielo que en ocasiones son visibles durante media hora, además pueden llegar a explotar (incluyendo un fuerte estruendo) y dejar restos en el suelo, por lo que estaríamos hablando de «meteoritos», que son los fragmentos que llegan a tocar el suelo y que podeos recoger como muestras de material extraterrestre, normalmente procedentes de cometas, asteroides y planetas del tipo terrestre.

Miguel Gilarte Fernández es presidente de la Asociación Astronómica de España.

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