Carnaval de Cádiz 2022

Cádiz le presta su Carnaval de verano al visitante

‘Quinquis’, ‘Cumparsita’, ‘Tierra y libertad’ o ‘Aquí huele a verdín’ causan dulces aglomeraciones que recuerdan a la plácida edición de febrero

Escuchando coplas en Cádiz Francis Jiménez

La Voz

El de ayer no era un sábado cualquiera. Era sábado de Carnaval, del oficial, del que abre la fiesta este año 2022 en una fecha tan atípica como inédita. Con la resaca de la Gran Final del COAC 2022, también distinto, como fondo, la jornada festiva se empezaba a vivir avanzada la tarde .

Las despedidas de soltero, y soltera, podrían ser una anécdota en este primer cuarto de siglo. Un retrato social como hay otros. Sin embargo, a veces, las casualidades explican mucho una escena. Coincidieron tantas en el centro de Cádiz en la tarde de ayer que suponen una ayuda para detallar este popurrí de verano. El sábado, primera gran jornada del segundo carnaval de 2022 , Cádiz recibió una multitud de ellas. Como manda la reciente y efímera moda, los participantes acuden uniformados. Bien con una camiseta llena de datos excesivos (desde teléfono hasta domicilio y lugar de origen), bien con un disfraz descacharrante. Los que van dentro de esa ropa no tienen, como media, ni 28 años. El ridículo atuendo encaja bien con el carnaval. Así que la coincidencia es inevitable.

En febrero y marzo hay pocas bodas . Así que las despedidas no son carne de carnestolenda (ni al revés). Pero junio es terreno abonado a ese ritual, el matrimonio que Ingmar Bergman retrató como nadie ha podido superar en la historia reciente de la humanidad. A la vez, en cine, televisión y teatro. Así que pandemia, decisión municipal, tendencia juvenil y turismo se aliaron para que el casco antiguo fuera, ayer, capital nacional de las despedidas de soltera . Pronto recuperarán ese título Tarifa, Benalmádena, Marbella, Benidorm, Ibiza o Conil. Esto, todo el carnaval de junio, con o sin ceremonias prenupciales, ha sido un accidente preveraniego que nadie quiere repetir. Porque nadie quiere que se repita la desgracia que provocó este carajal de fechas .

Mientras vuelve febrero, mientras baja la marea –qué larga, qué despacio– hubo ayer elementos de coincidencia con un carnaval normal . Cierto que fue mucho menos que un sábado de fiesta grande. También fue mucho más que un sábado cualquiera. Todos los aparcamientos colgaban el cartel de «completo» aunque no hace falta Concurso del Falla para que eso se dé. Bares y cafeterías del casco antiguo lucían pertrechados en barras metálicas sin mogollón. Los grupos de jóvenes daban vueltas sin sentido, como hicimos todos desde el principio de los tiempos en cualquier fiesta. La mayoría de los asistentes, eso sí, lucía preciosos acentos distintos al, precioso, gaditano. Ni mejores, ni peores. Diversos .

El toque tradicional en la ceremonia de la confusión turística y carnavalesca lo daban las agrupaciones . La comparsa (sic) de Vera Luque lo reventaba en el Mercado Central, esquina con los callejones de Cardoso (primer premio). ‘Los quinquis’ renovaron una lealtad con la calle que les ha hecho leyenda.

En El Palillero, ‘Aquí huele a verdín’ o ‘Tierra y libertad’ se turnaban y reunían a un gentío que buscaba coplas. Es verdad que los foráneos, que no extranjeros, eran gran mayoría. Pero también era posible cruzarse con Antonio Pedro ‘El Canijo’, con Kike Remolino, con Álvaro Barroso Marabot –futuro de la comparsa–, con la versión más callejera y deliciosa del coro a pie de Sevilla Pecci, ‘La cumparsita’. Había motivos para la alegría, la nostalgia y la esperanza. Cada uno cogía lo que podía, como en la caja de bombones de Forrest Gump.

Ayer fue más necesario que nunca recordar que la copla es el factor diferencial de la fiesta gaditana . Alrededor de esa forma de palabra se hicieron algunas multitudes, pocas, aisladas. Es cierto que si alguien se alejaba del eje San Antonio-Palillero-Mina-Mercado, podía pensar que era un sábado normal, sin más. Sin embargo, varias ilegales de las menos reconocidas, de las que hacen más de 30 kilómetros, y una decena de grupos juveniles mantenían encendida la llama.

Esa antorcha que ahora se beneficia del calor necesitará fuerza y aliento para iluminar febrero . Y ahí estarán muchas para dar relevo. Serán callejeras de las punteras. Serán otros grupos. Quizás no haya tantos turistas ni despedidas de soltero pero habrá aficionados que cojan el testigo para que esta forma de vida siga. Mientras tanto, que sea primavera, verano o Poniente, como ayer, es lo de menos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación