CARNAVAL DE CÁDIZ

La Fábrica del Carnaval: el mercado donde Cádiz produce, vende y recuerda lo suyo

La ciudad estrena un 'marketplace' propio que recupera memoria, impulsa la economía local y da voz a todas las modalidades de la fiesta gaditana

Sus impulsores, Rómulo Durán y Mario Mangano: «Si el Carnaval es de Cádiz, su producción también debería serlo»

Rómulo Durán y Mario Mangano, impulsores del proyecto 'La Fábrica del Carnaval'. L.V.
Esther Macías

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En Cádiz todo parece nacer de una conversación entre amigos, de una broma bien traída o de un comentario casual que, de pronto, se convierte en algo serio. Así surgió 'La Fábrica del Carnaval', el nuevo proyecto de Rómulo Durán y Mario Mangano, dos gaditanos que han decidido dar una respuesta definitiva a una carencia histórica. El Carnaval gaditano tiene talento, tiene autores, tiene agrupaciones… pero no tiene -tenía- un lugar propio donde producir y vender oficialmente todo lo que genera su extraordinaria creatividad, y no solo las letras.

La idea nació de una observación tan simple como certera. El 'merchandising' del Carnaval de Cádiz se hacía fuera de Cádiz. Desde las camisetas de coros históricos hasta las tazas de chirigotas recientes, casi todo se producía en otras ciudades, con otros proveedores, con otros estándares. Y resultaba paradójico que una fiesta con tanta identidad propia tenga que depender de fábricas lejanas para algo tan esencial como difundir su imagen.

Rómulo Durán y Mario Mangano, sus impulsores, coinciden en que la semilla del proyecto estaba plantada desde hace años. Lo que faltaba era regarla. «Es absurdo que el Carnaval tenga que pedir lo suyo fuera de Cádiz», resumen. Y lo absurdo, en Cádiz, suele acabar convirtiéndose en una buena solución.

Un Carnaval gaditano que crece

La contradicción era evidente. Mientras las agrupaciones incrementaban su presencia en redes, y miles de aficionados de todas partes compraban camisetas, tazas o láminas de sus grupos favoritos, el lugar natural para producir ese material seguía estando lejos. Grandes plataformas, fábricas de Madrid, Valencia, polígonos industriales sin acento gaditano.

Ni los autores obtenían control sobre lo que se vendía con su nombre, ni los artesanos locales tenían un canal adecuado para mostrar su trabajo. Y, sobre todo, la economía que generaba el Carnaval no revertía en Cádiz. Para una fiesta tan identitaria, aquello empezaba a chirriar.

Rómulo Durán lleva años gestionando producción para artistas en gira, festivales y tiendas online. Tiene maquinaria, proveedores, experiencia logística y capacidad para atender grandes volúmenes de pedidos. «Lo más difícil estaba hecho. Solo había que orientarlo al Carnaval», asevera.

Y así fue que la estructura se reconfiguró. Se han adaptado los tiempos, se han fijado precios específicos para agrupaciones, se ha creado un departamento propio y ha nacido esta marca, 'La Fábrica del Carnaval', que funciona desde este viernes 5 de diciembre como una extensión especializada dentro de la empresa matriz. Una fábrica, sí, pero con alma gaditana.

Un mercado digital

La segunda pata del proyecto, y probablemente la más transformadora, es un 'marketplace' -un comercio online- que actuará como gran mercado oficial del Carnaval. Un espacio donde cada agrupación o autores tendrán su escaparate para vender directamente sus productos, sin intermediarios y con autorización expresa de ellos.

Y eso sí, la respuesta del mundo carnavalero ha sido inmediata. Firme. Figuras históricas como El Selu, Antonio Martín, el Sheriff, Tino Tovar, los hermanos Carapapa, los Calaita, Marta Ortiz o Manolito Santander formarán parte del catálogo inicial. Sus obras, sus diseños y, en algunos casos, sus letras inéditas, estarán disponibles para aficionados de Cádiz y de fuera.

Pero la apertura no se limita a los grandes nombres. Mangano y Durán insisten en que cualquier colectivo, autor novel, agrupación joven o creador independiente puede solicitar un espacio. De hecho, algunos artesanos que trabajan de manera casi artesanal -costureras, ilustradores, fotógrafos o creadores de accesorios- ya preparan sus primeras piezas para incluirlas en la plataforma.

Catálogo con memoria

Una de las ideas más destacadas es la posibilidad de recuperar agrupaciones de décadas pasadas que, por cuestiones de época, jamás llegaron a tener 'merchandising'. «Habrá colecciones que nunca existieron y que ahora verán la luz», adelantan. Eso permitirá que comparsas míticas, coros inolvidables o chirigotas de culto recuperen parte de su universo visual.

No será solo un mercado. Será una forma de documentar y preservar la historia del Carnaval, algo que hasta ahora dependía casi exclusivamente de archivos aficionados y grabaciones dispersas.

'La Fábrica del Carnaval' nace también como un gesto de resistencia. Mientras los hábitos de compra se inclinan hacia plataformas globales, internacionales, sus creadores reivindican el valor de lo cercano. «Si el Carnaval es de Cádiz, su producción también debería serlo», reiteran.

Ese retorno económico puede ser decisivo para muchos creadores locales. Un pedido que antes generaba ingresos en otra comunidad ahora quedará en Cádiz. Un diseño que pasaba desapercibido en una tienda online genérica tendrá un escaparate donde su público natural lo encontrará.

La apertura de la tienda digital es ya una realidad. Sus creadores lo explicarán en redes, paso a paso, cómo puede sumarse cualquier proyecto relacionado con el Carnaval. En cada una de las palabras hay entusiasmo, por lo que todo apunta a que el catálogo crecerá rápido y que la plataforma se convertirá en un punto de encuentro regular para aficionados y profesionales.

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