Cádiz - Real Sociedad

La pizarra del Cádiz 0-2 Real Sociedad

Los amarillos buscan su identidad y resisten por momentos, pero el dominio aplastante de los vascos acaba por imponerse gracias a las concesiones y falta de contundencia atrás de los amarillos

Espino ante Portu en el partido del Nuevo Mirandilla LA VOZ

Rubén López

Alarmas las justas

La Real Sociedad ya demostró en el Estadio Ramón de Carranza, ahora Nuevo Mirandilla, la temporada pasada que el estilo del Cádiz no iba a ser un impedimento para imponer su superioridad y forma de juego de cara a ganar el partido. Cierto es que la pasada campaña el equipo vasco ganó por la mínima y también le costó la vida abrir la lata ante un Cádiz que jugó como pudo, pero la superioridad fue palpable al igual que este pasado domingo.

También le costó mucho al equipo de Imanol marcar su primer tanto, hasta el minuto 70 de hecho. El Cádiz aguantó y peleó, buscó su identidad pero en el intentó se quedó. Desde el minuto uno se veía una superioridad muy grande del equipo vasco que tocaba y tocaba ante un Cádiz que no era capaz de robar y al que la pelota le duraba uno o dos pases, como mucho. Con todo, las ocasiones que el equipo amarillo tuvo en la primera mitad, larguero incluido, invitaban a pensar que las cosas podían cambiar en la segunda parte. Los amarillos aguantaron hasta que los propios fallos locales propiciaron una victoria vasca más que justa.

Y ojo, no nos volvamos locos. No fue el mejor partido del Cádiz, el equipo está lejos del de la temporada pasada, pero la sensación es que aún sigue pesando el descuento de Osasuna. Sin esos minutos, la tónica ahora mismo sería otra pues en las primeras jornadas el Cádiz no ha estado mal. Tranquilidad y confianza.

1. Fali al centro, Sobrino vuelve a debutar

Sin Choco Lozano, Perea, José Mari y el cansado Tomás Alarcón, Álvaro Cervera recomponía el once titular con Jonsson y Fali como pareja en el centro del campo y con la más que cantada titularidad de Rubén Sobrino. El Cádiz salía de inicio con un 4-4-2 que posteriormente pasaría a ser un 4-2-3-1 . Álex y Salvi ocupaban las bandas aunque el madrileño intercambiaría su posición minutos más tarde por Rubén Sobrino.

La Real manejaba el balón como quería gracias a la enorme calidad de jugadores como Silva, Portu u Oyarzabal. Los vascos tenían la posesión, algo esperado y casi habitual, y el control del partido, aspecto que sí era más preocupante. Sobre todo porque el Cádiz era incapaz de robar, salvo en pérdidas visitantes, y además incapaz de dar más de un pase y tener medio minuto el balón para lanzarlo arriba.

Sin embargo, un par de despistes vascos pudieron acabar con goles amarillos. Una buena contra conducida por Sobrino y una jugada que va al larguero fueron las ocasiones más claras del Cádiz en todo el partido en un inicio de encuentro muy temeroso de los amarillos. Los minutos pasaban y el equipo cadista se recomponía, se armaba un poco atrás y veía como ese dominio seguía existiendo pero la claridad de la Real ya no era tanta.

2. Cervera recompone el equipo

El técnico cadista veía el percal y trataba de recomponer el equipo. Para empezar subiendo la línea defensiva. El Cádiz tiraba bien el fuera de juego y Cervera trataba de alejar a la Real de su portería, viendo que el equipo lo estaba pasando mal achicando balones cerca de su área.

Álex pasaba al centro y Sobrino se colocaba en la izquierda. Además, el Cádiz intentaba frenar la superioridad vasca en el centro del campo colocando a tres hombres ahí con Sobrino, Álex y Salvi. Fali y Jonsson por detrás y Negredo en punta de ataque.

Parecía que la solución funcionaba pues la Real en la recta final de la primera parte y en el comienzo de la segunda mitad apenas llegaba a la portería de Conan Ledesma. De hecho, el primer disparo en la segunda mitad fue el gol de Oyarzabal.

3. Jugadores de refresco que no mejoran

Con el partido, igualado en el marcador y quizás hasta en las sensaciones, Cervera movía el equipo con jugadores de refresco. Sin embargo, si el día de Osasuna no funcionaron, ante la Real tampoco. El cansancio se hacía notar y el técnico se veía obligado, lógicamente, a mover el árbol. Osmajic, Álvaro Jiménez y Alarcón entraban por Negredo, Álex y Jonsson. Salvi se iba a la izquierda y el Cádiz tenía por primera vez dos jugadores rápidos en las bandas.

Los tres que entraron no mejoraron en nada a sus compañeros. Mal asunto. Y eso, ¿es culpa del entrenador? En absoluto. Los nuevos fichajes, salvo el chileno en las primeras jornadas, están aportando muy poco por el momento.

El Cádiz ponía en bandeja la victoria a una Real Sociedad que le estaba costando un mundo abrir la lata. Un fallo imperdonable de Iza ponía el primero y luego los errores en cadena de Mauro y Cala, segundo penalti del lebrijano en dos partidos, hacían el resto. Martín Calderón entraba por Iza en la recta final dejando a tres jugadores atrás pero ya todo era testimonial, pues el partido estaba más que perdido.

Los amarillos pecan de falta de capacidad ofensiva, algo que no es nuevo. Quizás lo preocupante es que siguen haciendo aguas atrás, y eso si es una novedad . Con todo, las alarmas para los que las quieran. Jornada cuatro del campeonato y aunque solo se han sumado dos puntos, el Cádiz ha dejado buenas sensaciones en casi tres partidos de lo que va hasta ahora. Mal sería volverse loco y encender las alarmas buscando algo que no se tiene y que quizás no dé resultados. Tranquilidad.

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