Cádiz CF

La pizarra del Extremadura-Cádiz CF

El once de Cervera llega a la cima desde la destrucción y la claridad de ideas

Alfonso Carbonell

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Augusto sumó más minutos como cadsta.

Nueva lección de fútbol de Cervera, y esta vez, desde el anti-fútbol. Así es. Porque si algo ha tenido claro el entrenador del Cádiz CF en esta Liga reiniciada es que con fútbol, y eso que lo ha intentado, los suyos no iban a llegar donde están ahora mismo y después de dos jornadas donde lo práctico se ha impuesto a lo creativo. ¡Qué menos! Con un ascenso en juego está feo ponerse a hacer el ‘cocacola’ habrá pensado Cervera. Y qué razón ha vuelto a tener el señor de las gafas.

Porque como bien ha dejado dicho, “esto de ahora no es fútbol”. Y para contrarrestar este momento del deporte rey, Cervera lo ha hecho con su mayr enemigo, el anti-fútbol. Y, señores, lo ha clavado. Otra vez.

1.Un triple pivote para enmarañar el asunto de entrada

El Cádiz CF lo tenía claro. Además, la cómoda, placentera y soporífera victoria ante el Oviedo en Carranza le había dado las claves de lo que hacer en esta recta final liguera donde el fútbol no es fútbol. Además, la baja por sanción de Álex casi que se la ponía botando a Cervera, que volvió a sorprender al personal con un once defensivo ante un equipo moribundo.

Sergio González se hacía con el centro del campo para compartirlo con José Mari y Bodiger. Los tres formaron una muralla infranqueable para el Extremadura, que solo por mediación de Nono podía atravesarla no sin ser parado en falta por algún amarillo. Cervera volvía a confiar la banda derecha a a Álvaro Giménez, dejaba la izquierda a Perea y se olvidaba de las molestias de Lozano para mantenerlo en el once gracias a la racha del hondureño.

2. Un pasito adelante, y para mal

La llegada del descanso hizo que el Cádiz CF moviera el banquillo. Cervera dejó a José Mari, que le puso un balón de oro a Lozano para el gol tras el saque de una falta, en la caseta para sacar a Augusto, que se posicionó en el doble pivote con Sergio echando ligeramente a la mediapunta a Bodiger. Aunque ninguno de ellos lo hizo mal, el caso es que ese cambio no le sentó bien al equipo porque coincidió al menos con los mejores minutos del Extremadura.

Esto hizo que a los veinte minutos, Cervera volviera a sus orígenes para acordarse de Salvi, al que dio entrada en el minuto 64 por Bodiger dejando una delantera formada por Álvaro Giménez y Nano Mesa, que previamente había sustituido al Choco Lozano.

3. Más control, pero menos concentración

Seguramente, si el Extremadura hubiera estado con más fe y acierto hubiera rascado un punto ante un Cádiz CF que se relajó en exceso tal y como se aprecia en las oportunidades que tuvo el equipo local. Eso sí, esto no hizo que los hombres de Cervera olvidaran una máxima en esta desescalada y que tuvo que aprenderse en el día ante el Alcorcón, donde Edu Ramos dejó escapar desde el centro del campo a Ernesto para que este se colara hasta la cocina donde ya marcó el gaditano Stoichkov. Por eso mismo, y desde aquel día, los hombres del Cádiz CF tienen grabado a fuego que rival que se escapa, rival que va al suelo. Esto ha motivado las tarjetas a jugadores como Espino, Álex, Bodiger y tantos otros que no han dudado en ponerse al servicio del bloque.

Cervera acababa el encuentro con Jurado en la izquierda en sustitución de Perea y Malbasic como segundo delantero tras la salida de Álvaro Giménez. Con estos cambios se retomó el control y hasta pudo llegar la sentencia, pero el equipo atrás se desfondó ligeramente con fallos en las marcas producto del cansancio físico y también mental.

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