El Plantío puso fin a la sequía

La lluviosa noche que tuvo que afrontar el Cádiz CF en Burgos fue productiva para sus intereses ofensivos. Los amarillos pusieron fin a una sequía de tres partidos consecutivos sin ver portería, coincidiendo con el peor momento de la temporada a nivel general del equipo y el bajón de Javier Ontiveros por los problemas físicos del marbellí. De hecho, el ex del Villarreal B no partió desde el inicio en El Plantío y, aún así, el cuadro de Garitano fue capaz de abrir la lata a través del balón parado, una faceta del juego tremendamente importante en la categoría de plata y que el equipo nunca ha sido capaz de controlar al máximo en ninguna de las dos áreas.

Fue Rubén Sobrino, que en principio estaba destinado a estar sentado en el banquillo, el que puso punto final a un total de 323 minutos de sequía goleadora. El último tanto había sido el de Álex Fernández desde los once metros en el Heliodoro Rodríguez López. El de Daimiel recogió en el área pequeña la peinada de Chris Ramos, que había ganado en el primer palo el centro de Álex Fernández desde el saque de esquina. Un tanto que sería rápidamente opacado por Marcelo Expósito. El mal endémico del Cádiz, más allá de categorías y entrenadores, son los centros laterales, y en El Plantío, una vez más, se le vieron las costuras a este equipo en ese sentido.

La pena es que el fin de la incapacidad ofensiva no vino acompañado de una victoria. De hecho, tuvo que aparecer Roger Martí, una de las grandes decepciones de las últimas temporadas en el Cádiz CF, el que recogiera un balón en el área y lo mandara al fondo de la red para rescatar un punto en la visita amarilla a El Plantío. Ya saben, en esto del fútbol lo más importante es meter un gol más que tu rival. Y los amarillos, al menos, metieron los mismos para derribar una barrera anímica y deportiva de las últimas semanas y afrontar el tramo final de temporada con mayor confianza a la hora de buscar la portería rival.