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Los momentos más destacados del 2023

El cuadro amarillo cierra el año tal y como quiere terminar la temporada y con el gran recuerdo del Martínez Valero

Los jugadores del Cádiz celebran el tanto de Escalante en el Martínez Valero EFE

Pablo Vallejo

Otro año que se va. 365 días de emociones, altibajos, decepciones, goles, incorporaciones, despedidas, permanencias, lesiones y un sinfín de situaciones que, una vez el sol de 2023 se esconde en el oeste temporal, tocan analizar para realizar un diagnostico acertado. En el caso del Cádiz sería una osadía calificar el año como negativo, regulero, desilusionante o cualquier adjetivo que indique perjuicio hacia los amarillos: el conjunto dirigido por Sergio González logró la permanencia en el Martínez Valero y se va a comer las uvas fuera de la zona de descenso. Como Dios manda o como mandan los cánones. El trabajo está bien hecho. Pero esos son los puntos álgidos de un intervalo de tiempo que ha tenido de todo y que vamos a repasar a continuación.

En lo deportivo, el año comenzó de la mejor manera posible. Un golazo de Rubén Alcaraz tras una gran jugada de su tocayo Sobrino otorgaba tres puntos a los amarillos, que se situaban a tan solo uno de salir de la zona roja. Sin embargo, los fantasmas del pasado volverían y el Cádiz recordaría muy pronto que, para conseguir el objetivo, había que vencer a la contienda arbitral contra los de Sergio. Y es que los amarillos fueron víctimas del mayor error que ha protagonizado el VAR desde su puesta en marcha: Iglesias Villanueva obvió un fuera de juego de Ponce en el empate del Elche en Carranza. «Este error ha sido la gota que ha colmado el vaso porque no es interpretable. No siguen los protocolos que les marcan y hacen mal su trabajo», manifestaba Manuel Vizcaíno en Radio MARCA horas más tarde. El colegiado pidió perdón, pero el conjunto gaditano jamás recuperó los puntos.

Enero fue también un mes de operaciones en el mercado de fichajes. Lucas Pérez, en un acto tan sorpresivo como honorable, abandonó el Cádiz para recalar en el club de su vida, el Deportivo de la Coruña. Una marcha sentimental que fue contrarrestada por una llegada en forma de reencuentro: la de Chris Ramos. El delantero gaditano, que protagonizó una rueda de prensa de bienvenida tremendamente emotiva, aterrizó en el conjunto gaditano para ayudar en una producción ofensiva que se había visto atascada durante el primer tramo de temporada. Junto al ariete llegaron otros como Roger Martí, Sergi Guardiola, Gonzalo Escalante, Luis Hernández o Jorge Meré. Todos ellos, en mayor o menor medida, resultaron muy importantes para acabar logrando el objetivo.

Llegaba febrero y el Cádiz necesitaba comenzar a sumar de tres. Y ahí comenzaron a emerger dos figuras que maravillaron a la afición, aunque el desenlace de su curso sería bien distinto. Hablamos de Thèo Bongonda y Brian Ocampo. Ambos regalaban un estilo de fútbol llamativo y con personalidad, haciendo gala de calidad, verticalidad, desequilibrio y mucha confianza en su juego. El gran nivel de ambos y el salto dado gracias a las incorporaciones dibujaban una senda a seguir para conseguir el objetivo tras lograr victorias ante Mallorca o Girona.

Pero el Cádiz es el Cádiz y los obstáculos forman parte de su vida deportiva. En este caso, en forma de lesión. Brian Ocampo sufría una lesión en el ligamento cruzado anterior que lo alejaba de los terrenos de juegos hasta final de año. «Una noticia muy triste y una baja muy sensible», manifestaba Sergio González. Sin duda, una piedra en el camino que, tal y como acostumbran los amarillos, fue despejada inmediatamente para continuar con el camino triunfal. Rubén Sobrino suplió de maravilla al uruguayo y Bongonda, que se quedaba como única pieza diferencial en el ataque amarillo, se echó al equipo a la espalda en ciertos momentos, como en la victoria en el Villamarín, donde regaló su primer tanto como cadista a Chris Ramos, o ante el Real Valladolid, donde completó una de las mayores exhibiciones que se recuerdan en Carranza.

Además, las incorporaciones encajaron de maravilla en el bloque de Sergio. Luis Hernández realizó una segunda vuelta espectacular en el eje de la zaga y aportando un valioso atajo ofensivo gracias a sus catapultas en forma de saque de banda. Gonzalo Escalante se convirtió en un pilar fundamental en la medular, mientras que Guardiola fue indiscutible en la delantera.

El Cádiz encarnizó una bonita pelea por la permanencia junto a Valladolid, Almería, Celta de Vigo, Getafe y Valencia. En la penúltima jornada, un gol de Sobrino ante los gallegos prácticamente certificaba la salvación. Sin embargo, los amarillos tenían que certificarla en el Martínez Valero en la última fecha del campeonato. Con pocas probabilidades de bajar, pero, al fin y al cabo, alguna había. Y a pesar de que Escalante anotaba pronto, el empate ilicitano y algunos resultados dejaban a tan solo un gol en otros campos a los amarillos de entrar en descenso. Un susto muy momentáneo, porque el cuadro gaditano sellaba su tercera permanencia consecutiva en Primera División tras una temporada que había comenzado de forma nefasta y que, progresivamente, había cogido color para un final épico. Finalmente, fue el Real Valladolid el que caía en el descenso para acompañar al Espanyol y al Elche.

Tras la permanencia llegaba el verano y, de su mano, una serie de cambios importantes. Sobre todo, el más doloroso, la salida de Alfonso 'Pacha' Espino, que no llegaba a un acuerdo con el club y firmaba por el Rayo Vallecano. Por otro lado, Sergio González, Iza Carcelén y Conan Ledesma, tras una oferta jugosa desde el Almería, sí aumentaban sus respectivas relaciones contractuales. Eso sí, el cuadro amarillo perdía su esencia original. Si el curso anterior había sido Salvi Sánchez, este verano fue Jon Ander Garrido quien anunciaba de forma oficial su retiro tras una serie de lesiones que le habían impedido estar disponible.

En forma de fichajes llegaban Maxi Gómez, Javi Hernández, Darwin Machís, Robert Navarro, Lucas Pires, Rominigue Kouamé y regresaba Jorge Meré. Sin duda, un gran mercado que se reflejaba en el inicio liguero de la 23/24, donde los amarillos lograron siete de los doce iniciales posibles. Tras el primer parón, ya sea por lesiones, expulsiones prematuras, bajada de nivel en las segundas partes o decisiones arbitrales, el Cádiz no pudo mantener el ritmo de resultados. De hecho, se despide de 2023 sin conocer la victoria desde el pasado 1 de septiembre. Eso sí, lo hace fuera de la zona de descenso que es, al fin y al cabo, el objetivo a final de temporada.

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