El miedo se instala hasta bajo palos

El rosario de lesiones que acompaña al Cádiz CF de un tiempo a esta parte ha motivado que el cuerpo técnico que dirige Sergio González busque precauciones por todos los medios. Ya se empezó eliminando de la agenda el encuentro amistoso en Guadiaro para no exponer de nuevo al primer equipo a 90 minutos trotando sobre un césped artificial que podría sobrecargar a varios jugadores. En el recuerdo estaba la lesión de Zaldua en el encuentro copero ante el Badalona Futur, que como es sabido se jugó en césped sintético y, para colmo, tuvo que jugarse media hora más debido a que se llegó a la prórroga antes de la tanda de penaltis. Por todo ello, se pidió al presidente que diera marcha atrás a ese bolo y fue por eso que el equipo de Sergio tan solo visitó el club linense y firmó autógrafos a todos los niños que fueron al evento.

Pues bien, de un amistoso a otro, en este caso, en Sanlúcar y sobre un terreno de juego de césped natural. Por tanto, esas condiciones validaban un encuentro que acabó con la lesión de Kouamé, todo un contratiempo para el equipo de cara a los duelos ante Real Madrid, Mallorca y Celta.

No obstante, la preocupación que hay en el cuerpo técnico del Cádiz CF es total y todo cuidado es poco. Para confirmar este pánico a las lesiones, tan sólo hubo que presenciar como Sergio optó por reservar a sus dos porteros del primer equipo (Conan Ledesma y David Gil) por si las moscas. Debido a ello, el canterano Víctor Aznar fue el arquero del Cádiz CF frente al Sanluqueño en la primera mitad. Y no tuvo una mala tarde el cancerbero de filial, que detuvo a bocajarro un disparo de Cortijo para evitar el que iba siendo el empate a un gol. Ya en la segunda, le suplió el también canterano Nando. Y todo para no exponer a un encuentro sin importancia a ninguno de los dos que tienen nómina en el primer equipo. No está el horno para bollos, no.

Además, con más razón Sergio dejó a Ledesma en el banquillo. El arquero argentino tiene una serie de molestias en su muslo tal y como se pudo comprobar en el encuentro ante el Gatafe, donde acabó el mismo sin la posibilidad de poder patear el balón en largo debido a unos dolores que no son la primera vez que sufre.

Y claro, con Conan Ledesma entre algodones, lo que faltaba es que en una mala postura, caída o lo que sea, David Gil fuese también víctima del mal de ojos al que parecen haber expuestos los últimos partidos.

El miedo a las lesiones se ha instalado en la cabeza de Sergio, que no hace otra cosa que intentar evitarlas a toda costa, pero se está dando de bruces con una situación nada deseable.