Cádiz CF

2020, un año horrible que un ascenso alivió

El Cádiz CF culminó una gran temporada marcada por un virus que eclipsó hasta la mejor de las alegrías

la plantilla mantea a Cervera tras el ascenso. ccf

Alfonso Carbonell

Hace ahora un año todo era felicidad en el cadismo, y eso que su equipo despedía el año con una derrota en casa (2-4) ante el Numancia, pero nadie le podía quitar la alegría a la afición, que veía a los de Cervera despedir el año 2019 en lo más alto de la clasificación de Segunda con siete puntos de diferencia respecto al segundo y ocho con el tercero. Ahí es nada. Como para preocuparse por ese pequeño tropiezo.

Por entonces, del coronavirus ni se hablaba . El Cádiz CF había culminado una primera vuelta de Liga sencillamente perfecta y afrontaba con un colchón de puntos respecto al tercero la segunda vuelta con bastante oxígeno a pesar de que ya se conocía de pasadas ediciones que las vueltas de los equipos de Cervera son mucho más irregulares.

Comenzó 2020 y lo hizo en Ponferrada, donde el Cádiz CF inauguraba un año para olvidar ... de no ser por el ascenso que se acabaría logrando meses después en mitad de un doloroso y apesadumbrado silencio.

En las tres primeras jornadas ya enseñó la patita el cuadro de Cervera, que empataba ante la Ponferradina (0-0) y dejaba escapar una victoria casi atada en casa ante el Mirandés (3-3). Después vendría una derrota en Riazor (1-0), que venía a encender las alarmas que ni tan siquiera estaban compradas en Navidad . Y es que esos cuatro partidos donde solo se sumó un punto de doce motivaron que el Almería se colocase segundo con 45 puntos empatado a puntos con el Cádiz CF, que de la noche a la mañana había rebajado su colchón con los terceros a solo cinco puntos, el Huesca y el Zaragoza. La irregularidad estaba servida un año más.

Un gol de Cala ante el Racing fue clave para que el Cádiz CF no entrase en barrena.

Eran finales de enero cuando, en un partido nefasto y ante un rival en inferioridad numérica, llegó una victoria injusta pero clave para el ascenso . Fue al Racing de Santander en Carranza y con un gol en el descuento de Juan Cala. Éxtasis en Carranza y alivio en el vestuario, que comenzaba a ganar únicamente los partidos cuando el agua ya se aproximaba al cuello. Y para eso, al César lo que es del César, hay que valer. Y mucho.

Ya por entonces se veían algunas mascarillas , pero bastante lejos... por China...

Entre medias, a mediados de enero, el Cádiz CF tiraba la Copa en Las Gaunas ante el Logroñés en un encuentro gélido por el frío y que acabó en la tanda de penaltis. Poco o nada importaba, toda la atención estaba puesta en la Liga. Y con razón.

El Cádiz cayó en Logroño en enero.

A la victoria en Carranza ante un Racing en descenso le llegó un empate ante el Zaragoza, que llegaba a la Tacita como cuarto y a cinco puntos. Los de Víctor Fernández fueron frenados ya que el Cádiz CF seguía siendo líder con una distancia considerable pero no para acomodarse.

Si algo tuvo el Cádiz CF de Cervera en la segunda vuelta fue el temple necesario para ganar en momentos puntuales, como a comienzos de febrero, que sumó los tres puntos en Las Palmas para volver a poner tierra de por medio con el tercero, esta vez, siete puntos. Y es que si el Cádiz CF resbaló en muchas ocasiones, más y peor lo hicieron sus perseguidores.

El juego del Cádiz CF no mejoraba y con él se perdió en casa ante el Málaga (0-1) y el día de la final del Falla (1-0) en El Molinón. Volvían las dudas y con ellas la rebaja de las distancias con el tercero, que a comienzos del fatídico mes de marzo eran de un punto con el segundo y cinco con el tercero.

Y mientras las mascarillas avanzaban . Ya estaban más cerquita. Por Italia andaban. Y Cádiz, de Carnaval. Olé olé los locos...

Sin embargo, el mes negro comenzó de la mejor manera para el Cádiz CF, que tiró de garra y coraje para sacar los tres puntos en el último partido que se jugó con público en Carranza. Un 2-1 ante el Almería daba tranquilidad, si bien la distancia ahora era de tres con el segundo y ocho con el tercero. Ahí es nada.

Llegó la jornada 31, la última de la normalidad tan añorada . El Cádiz CF empataba (1-1) en el Anxo Carro y dejaba las distancias de la siguiente manera antes de la irrupción del estado de alarma y del atronador silencio que da la pena: uno respecto al segundo (el Zaragoza) y de seis con el tercero (Almería).

El silencio

Y llegó. La crisis del coronavirus daba la cara definitivamente y el mundo se detuvo. En seco. Y hasta el balón. Y las sonrisas, y todo se paró salvo el espanto. Lo de menos era el fútbol, el Cádiz CF y todo lo relativo al ocio; lo de más eran las muertes, que azotaban en miles diariamente a una población que se encerraba en casa presa del miedo y las plegarias.

Lo que en un principio parecía una crisis temporal se convirtió en una odiosa rutina. Al principio, el mundo del fútbol dio un paso al frente pero en falso argumentando, ingenuamente, que esa jornada se jugase aunque sin público en las gradas. Los futbolistas levantaron la voz quejándose por ello y al final, lo que son las cosas, no han tenido otra que amoldarse a las circunstancias que aquella vez parecían excepcionales.

El Cádiz - Rayo fue el primer partido de la desescalada y ya no se dejó entrar en los estadios. l. v.

Pasaban los días y no se veía la luz. Y el fútbol, como todos los sectores salvo los esenciales, se quedó en casa. Y así se pasó hasta tres meses, que fue lo que pasó hasta que volvió a rodar el balón. El 8 de marzo se paralizó la Liga, que volvería a activarse ya sin público el 14 de junio y tras tres semanas de pretemporada antes de comenzar la desescalada, que también llegó al fútbol.

El reencuentro con el balón en Carranza deparó un empate (1-1) ante el Rayo Vallecano , donde se estrenaba como goleador Álvaro Giménez Con este encuentro se comenzaba una recta final de Liga con unos números muy pobres del Cádiz CF, al que sin duda el parón le vino a las mil maravillas para que equipos con una dinámica ascendente como el Zaragoza acabasen cayendo en barrena. Los de Cervera solo ganaron en tres ocasiones (1-2 en Soria ante el Numancia, 2-0 al Oviedo en Carranza y 0-1 al Extremadura en Almendralejo). Eso sí, tuvieron el ojo clínico perfecto para saber ganar justo cuando sus perseguidores se acercaban de manera relativa.

Los fastos del ascenso fueron, debido a las circunstancias, exiguos. Y aunque la afición fue a las Puertas de Tierra el día que el Zaragoza perdía en su estadio ante el Oviedo, los jugadores tuvieron su fiesta particular en la ciudad deportiva de El Rosal , donde siguieron el encuentro de maños y asturianos y tras perder el día anterior en Carranza ante el Fuenlabrada.

Porque hasta el ascenso fue descafeinado dado que se ganó en otro campo, concretamente en La Romareda, el domingo 12 de julio y a falta de dos jornadas en las que el Cádiz CF entregó la cuchara ante Girona y Albacete quedando al final segundo por detrás del Huesca.

El Cádiz ganó con nueve en Bilbao. l. v.

El verano dio paso a un mercado de fichajes decepcionante y a la apaertura de un nuevo ciclo tan extraño como triste pese a la categoría a la que volvía el Cádiz CF quince años después.

Sin embargo , lo mejor dentro de esta anormalidad ha venido de manos de victorias históricas en San Mamés o en Valdebebas ante todo un Real Madrid y, cómo no, la última cosechada en Carranza ante el FC Barcelona de Leo Messi.

El Cádiz CF despide el año anclado en la zona media de Primera, su mejor éxito. Sí, pero lo hace en un año para olvidar, para enterrar, para quemar.

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