Cádiz CF
Garitano está en ello
El entrenador cadista confía en seguir haciendo crecer a un equipo que no termina de ser todo lo fiable que el cadismo espera
Un comienzo diferente
Alfonso Carbonell
Cádiz
Dos jornadas, cuatro puntos. No está malote del todo. El arranque liguero del Cádiz CF es más que aceptable para los hombres de Gaizka Garitano, que además corre con el beneplácito de una afición consciente de que al entrenador vasco aún le queda por tener tres fichajes que lleva pidiendo desde que acabó la decepcionante temporada pasada.
El técnico vasco se fue ganando la credibilidad nada más llegar al banquillo cadista en diciembre del pasado año. Precisamente, su debut fue ante el próximo rival del Cádiz CF este domingo, el Albacete. Los amarillos jugaron un partido soso pero serio y no fue hasta los últimos minutos de partido que Chris Ramos -recién salido del banquillo- forzó un penalti que él mismo ejecutó tirándolo a la escuadra para hacer debutar a su entrenador con victoria en casa. Esos tres puntos le sirvieron al nuevo preparador amarillo para ir sacando del pozo a un equipo anclado en descenso por el anterior responsable, Paco López.
Fue así, jornada a jornada, punto a punto, empate a empate, y alguna victoria, que los cadistas fueron sacando la cabeza lo justo para no ver peligrar la categoría, pero no lo suficiente para soñar con cotas más altas. Y claro, pasó lo que pasó, que la grada, como es normal, se fue viniendo abajo y la recta final de Liga hubiera sido realmente tediosa de no ser, para colmo, porque el equipo alarmó un poco dado que el rendimiento fue decayendo llegando incluso a coquetear con el descenso sino hubiera sido porque los que cayeron finalmente al pozo de la Primera RFEF no sumaban puntos ni a palos.
Ese triste final hizo incluso que ese crédito que se había ganado al principio Garitano quedara prácticamente en nada. Hasta el punto cayó su confianza que si fuera por muchos aficionados no hubiera seguido este año a pesar de que tenía contrato en vigor.
Por suerte, la temporada no fue a mayores y Garitano permaneció en un banquillo que ahora le podría estar quemando desde la primera jornada en el caso de que las cosas no hubieran funcionado. No está siendo el caso. La primera victoria en casa ante el Mirandés y el empate ante el Leganés a domicilio le han dado a este inicio liguero amarillo el espaldarazo necesario para que el equipo pueda ir ilusionando a la grada, al mismo tiempo que el cuerpo técnico gana tiempo para ir fortaleciendo las ideas de un equipo todavía en fase embrionaria.
La pretemporada, otra vez, no ha sido para tirar cohetes. De hecho, al término de la misma se llegó con más dudas que certezas. Entre ausencias, lesiones, overbooking y la falta de fichajes claves, el periodo preparatorio volvía casi que a tirarse en el mismo retrete ya usado hace un año por el actual entrenador del 'Lega'. No obstante, la practicidad de Garitano, en las antípodas de su antecesor en el cargo, ha posibilitado que el comienzo liguero del equipo haya sido solvente, seguro, sin estridencias, y lo más importante, efectivo. Así ha sido como se han sumado cuatro puntos que bien podrían haber sido seis si Ocampo, entre otros, hubiera estado más fino en la última jugada del partido en Butarque. Bien es cierto que también han podido ser menos de los sumado si el árbitro da por bueno el gol anulado al conjunto burgalés tras el error en la salida de Víctor Aznar o si el arquero ítalo-brasileño no se deja la cara en un uno a uno que tuvo ante un delantero del Leganés con 1-0 en el marcador.
Y es que este Cádiz CF parece arropado por la suerte, algo que como es sabido, no se encuentra, sino que se busca porque se trabaja. Las cosas no salen porque sí, pero tan verdad es esa como que tampoco es que el conjunto de Garitano esté mostrando una superioridad abismal con sus rivales. Es pronto, muy pronto, para eso. Máxime en una categoría tan sumamente igualada como es la Segunda División; no obstante, la sensación que sigue reflejando el once amarillo es que sus partidos no dejan de verse como una monedita al aire que igual puede caer de cara que de cruz.
Ante el Mirandés no se pudieron sacar muchas conclusiones debido a la tempranera expulsión de un adversario. Es más, si hay algunas que se pudieron sacar no fueron precisamente positivas dado que el conjunto burgalés, con uno menos todo el partido y sin hacer cambios durante el mismo, cerca estuvo de empatar el encuentro en la jugada antes mencionada. El Cádiz CF comenzó con intensidad, con ganas de crear pero a medida que fueron pasando los minutos y agotándose las fuerzas su juego fue decayendo notablemente.
Una jornada después, en el sur de Madrid, las cosas variaron. Se comenzó mal y se acabó bien. Sin embargo, el mal arranque del encuentro ante los pepineros dejaron recuerdos muy negativos de la temporada pasada. Cambios de sistema en función del rival, falta de intensidad en los comienzos, nulas ideas en ataque... Señales, todas, de un equipo vulgar, corriente, sin criterio y que anda a merced del enemigo, que si llega a tener más suerte de cara a gol podría haber dejado medio sentenciado el encuentro en la primera mitad. Todo lo bueno vino después, aunque hubo que esperar a que pasara el primer cuarto de hora de la reanudación para ver esa reacción que sirvió para empatar y para casi que llevarse el encuentro en las postrimerías del choque.
Garitano está en ello. De momento, cuenta con un equipo enchufado, lo mismo que lo está la grada. La seriedad del vasco obliga a pensar que no se pueden tirar las campanas al aire en cuanto al juego del equipo se refiere, si bien se espera que en casa juegue más alegre, más suelto y predominando Ontiveros y Suso como protagonistas donde debe descansar el ataque. Después, fuera de casa, ya será otro cantar. Aunque no debería...
De momento, Gaizka sigue empeñado en lo más importante, su defensa. Sabedor de que arriba tiene la clase de sus estrellas y la llegada de García Pascual, su tarea se rinde ahora a darle a su equipo esa fortaleza defensiva y ese equilibrio en la medular donde Diakité sigue abriéndose camino para satisfacción de su inventor.
Solo con un equipo bien plantado y ordenado desde la retaguardia se podrá construir todo aquello para lo que, a día de hoy, no está preparado. Paso a paso y esos hay que darlos seguros. Y en eso anda el responsable de un barco que huye de los bandazos de otros años.
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